Todavía con mogollón de la asquerosa arena en el ambiente, salieron Grave Digger. Estos alemanes son muy conocidos del público español porque a la mínima aparecen en los festivales, cosa que está genial pero podían variar un pelín la actuación o el rollo que llevan porque si les ves muchas veces terminas de cantar el “Excalibur sword of the Kinas” hasta el gorro. Esta vez, algún cabeza pensante puso al teclista detrás de los altavoces y muy pocos se percataron de que iba vestido de muerte, como siempre, porque le dejaron tapaíto y para una cosa chula que llevan pues poca gente le vio. Hicieron lo de siempre y como siempre. Correctos.
Luego nos fuimos a ver si comíamos algo que no fuera el súper menú de patatas, kebabs incomibles (no sé dónde estaba la chicha) y bocadillos fríos con sabor a nada del recinto o sea que no vimos a los Exciter. No debió ser muy allá porque nadie ha comentado nada, ni bueno ni malo.
Había mucho fan cardado y llenos de flecos, la ocasión para ponerse las mejores galas lo merecía porque iban a tocar los Slaughter y los Ratt y había que vestirse como Dios manda.
Los Slaughter salieron con ganas, pero para mi esos solos de batería y guitarra en un concierto de unos 45 minutos te destrozan la actuación y dicen muy poco de ti como grupo. O eres un virtuoso (y ni eso) o no te pongas a aporrear el trasto a los 20 minutos porque cortas el rollo. Si a eso le añadimos que a los 15′ minutos de actuación el cantante se tira al público a darse un baño de masas, pues no se….Más cantar y menos florituras que encima vaya dos solos coñazos que se marcaron. Destacar la versión de “Heaven and hell” de Black Sabbath. El resto, pués bien, muy bonito, y solo los temas clásicos.
Luego para cambiar de rollo aparecieron los My Dying Bride. En su línea y en su rollo pero al principio les acompañaba un juego de luces en morado, verde y blanco con mucho humo que daba una imagen así como saliendo de las profundidades que les quedaba (para mi gusto) guapo. Sonaron muy bien y han sido de las veces que les he visto de las que más me han gustado. Eso sí, otros que se podían mover un pelín, no lo digo por el cantante pero la teclista y la otra guitarra era como si no fuera con ellas la cosa. Yo en la oficina me muevo mucho más. El nuevo guitarra gasta unos pelos de impresión que daba gusto ver cómo se movían al compás de los alaridos del otro. Se me pasó volando y me gustó mucho. También se mezclaron entre el público y muchos tienen una foto con los ingleses.
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