Después de los sonidos guturales y melancólicos de los moribundos, aparecieron los Symphony X. Mucho público se había marchado al bar, incluso varios seguidores (por lo menos sus camisetas llevaban) preferían estar en el baño que escuchando al grupo. El cantante salió en plan qué gracioso soy y media actuación se la dijo en un spanglish que si lo hubiera dicho todo en Inglés le hubiera quedado mucho mejor. Encima, para rematar sus graciosidades (si es que las tiene), se puso a torear al guitarrista. Musicalmente son muy buenos, pero no enganchan. Su rock medio progresivo medio echar mil notas a ver que sale no es que sea para tirar cohetes, no levantaron muchas pasiones la verdad.
Luego otra vez los seguidores de los flecos se agolparon en las primeras filas para ver a los entrañables Ratt. Digo entrañables porque era yo pequeña cuando sacaban discos y sus hit-singles se oían en el Canciller repetidas veces. No han cambiado nada, ni de aspecto, ni de música, ni de actitud ni nada. Nos demostraron que para algunas bandas el tiempo no pasa. Salieron con muchas ganas y sobre todo marcando la guitarra del Señor De Martini, que sigue reteniendo calidad. Fue un gusto escuchar cosas como “Lack of Communication”, “Round and Round” o el “You are in Love”, fue muy emotivo volver a esos maravillosos años 80 y toda su movida, sniff,sniff, como pasa el tiempo….. Estuvo bien, un rato agradable que es de lo que se trata.
Ya con el cuerpo bastante jota de llevar dos días metidos en el Festival y con más frío que en el Polo (que se lo digan a Javi), nos pusimos delante del todo a ver a Within Temptation. Era para el único grupo del que se vendían entradas aparte. Pusieron una pantalla de vídeo con imágenes muy bonitas y muy góticas ellas, llevaban unas luces guapas y mucho humo, y polvo de la arena de la plaza. Cómo salieron, con que ganas y con que caña. Shannon estaba impresionante, guapísima y fue aclamada como una de las reinas del Metal. Qué manera de cantar, que voz más preciosa tiene. Esta vez no se cambió de vestido, salía de blanco toda y no dejó de sonreir en todo el rato. Hicieron un repaso a sus temas más famosos de su último disco The Heart of Everything y que sonaron muy bien el líneas generales, genial. Se cantó un tema sólo acompañada con el piano que era una auténtica delicia, una maravilla. Lástima de plastas que sólo van a molestar a los conciertos y que no paran de rajar en vez de escuchar sobre todo cuando hay gorgoritos maravillosos. Si no te gusta, te piras y dejas a la basca en paz que para eso ha pagado. Yo alucino con la poca educación de la peña. Shannon es una front-woman buenísima pero lleva una bomba detrás, la banda se sale. El batería es de lo mejorcito de los grupos más o menos aparecidos recientemente. Me da la impresión de que todos disfrutan con lo que hacen y eso se nota. Me recordó mucho la actuación al show del Java Island que aparece en el DVD del Silent Force Tour. Una pasada y una delicia para los oídos y los ojos (sobre todo para los tíos).
Luego, todavía con los oídos rebosantes de gorgoritos celestiales, aparecieron los Belphegor más tarde de la hora que tenían que tocar. Ese retraso, unido a que pasaban las 3 de la mañana con el frío en aumento, hizo que el 50% del público se pirara que ya estaba bien de tanto cachondeo. Estos chicos no pasarán a la historia del Metal aparte de ser unos copiones en moderno y blasfemo de los Venom ya que su guitarra cantante agarra el instrumento como Cronos, clavao. Todavía querrán llegar a algo. Después de ver que ni fú ni fá y que aquello no iba a sentar un antes y un después en la historia del Metal, nos fuimos con la sensación de que el festival había estado en general muy bien y excelente si lo comparo con las otras dos veces que me bajé al Atarfe. Nos vemos en el Atarfe 2009 – eso sí, abrigaos bien.
Tenemos que poner unos estupendos comentarios de nuestro amigo Fernando que vino con nosotros y que se fijó en lo siguiente:
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En el inmenso aburrimiento que tenía la encargada del ropero que se movía menos que las chicas de los My Dying Bride.
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En el estupendo y logradísimo libreto festivalero que te daban al cambiar la entrada y que no entendemos por qué algún sobrao tiraba al suelo.
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En la pulsera acceso al festival reflejo de luz mil colores anti pájaros. Era muy bonita, muy luminosa. Algunos todavía la llevamos puesta y otros, a nuestra amiga Rakel por ejemplo, se le rompió a los 5 segundos de ponérsela la organización. Cosas que pasan.
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En un tema de los Ratt que el cantante se lo cantó entre el público y que como no me acordaba yo no lo he puesto.
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En un matrimonio de mediana edad que parecían haber salido de misa y que sólo fueron a ver a Within Temptation y que fliparon en colores (un saludo desde aquí). Era para flipar toda la familia, vaya conciertazo.
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En el precio de los minis que, para variar, (5 €) no era nada escandaloso. Que aprendan otros sitios.
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Las miles de puás que tiraron Danger, Danger – moraditas, monísimas y que al final todo el mundo tenía una menos yo, ja ja.
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En el mercadillo situado en la parte de fuera y que nos enteramos cuando llevábamos media vida allí, ay que ver. No estaba nada mal, tenían cosas muy chulas.
Finalmente, le tenemos que dar las gracias a Fernando por el estupendo libreto con el running order (horarios) del festi, a todo color y plastificado de lujo que nos regaló, producto de sus grandes conocimientos después de haber hecho un súper curso de Excel Avanzado. Gracias tío.
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