Tengo que remontarme a enero de 2018 de cara al último show, en sala, al que asistí con al menos cuatro grupos. Bring Me The Horizon, A Day To Remember, Poorstacy y Static Dress pondrían solución a esto. Pero una cosa es asistir y otra ver.
La kilométrica cola que recorría los alrededores del Palacio Vistalegre hizo que me tuviera que perder parte de la actuación de Static Dress. Quizá abrir puertas solamente media hora antes de la primera descarga no fue la decisión más acertada. Aún así, lo que pude ver fue a una formación que, aunque desconocida para la mayoría, consiguió poner a un público, que iba llenando a cada minuto más y más el recinto, a sus pies con su metalcore llenísimo de energía. Una lástima no haber podido ver todo su concierto entero.
Poorstacy y su banda fueron los segundos en ocupar el escenario, y la verdad, en comparación con Static Dress, en cuanto a energía desplegada, salieron perdiendo. No por su batería, todo un espectáculo, ni tampoco por sus guitarristas, sino por el propio Poorstacy, muy parado, algo en principio comprensible, ya que me pareció entenderle, en una de las ocasiones en las que se dirigió al público, que se encontraba resfriado, pero claro, eso no quitó que su interpretación distara de ser acorde a lo que pedían sus canciones. Eso sí, se notó que en esta ocasión parte del público sí venía a verlos a ellos, dándolo todo, respondiendo y entregándose tema a tema.
Y la locura se desató con “The downfall of us all”, la pieza con la que A Day To Remember iniciaron su set, dispuestos a hacer honor a su nombre.
Ya los pude ver en la edición de 2017 del Download Festival, donde el hecho de tocar de día, y en un recinto abierto, no jugó especialmente a su favor, pero el sábado 18 de febrero se resarcieron con cualquiera que hubiese asistido a aquella actuación. Y es que ya en la tercera canción, “Paranoia”, siguieron hacia arriba, provocando uno de los circle pits más grandes de la noche. Y detalles como tirar balones de playa en “Rescue me”, su colaboración con Marshmello, implicaron aún más si cabe.
¿Parece poco? Aún había un momento para tocar en acústico, a excepción del final, “If it means a lot to you” y rematar con “All signs point to Lauderdale”. Y ojo, ADTR no fueron los cabezas pero se comportaron como si lo fueran.
La espera entre A Day To Remember y Bring Me The Horizon fue algo superior a la media hora, y aunque canciones como “Alive” de POD, “Freak on a leash” de Korn, y “Chop suey” de System of a Down, sonaron entre medias y animaron muchísimo, la expectación no menguaba. Y más viendo su escenografía llena de pantallas.
Una IA nos animaba a “abrir el pogo” antes de la inicial “Can you feel my heart” y vaya que si se hizo. BMTH tenían al público totalmente entregado y esto sólo era el principio.
Aunque a Madrid le separan miles de kilómetros de su natal Sheffield, jugaban en casa. Si cortaban “Mantra” de golpe y se animaba a “abrir el mosh” de nuevo para “Dear diary,” se hacía. Si pedían que unos se subieran a los hombros de otros en “Follow you”, ahí que tenías a un montón de gente encima de otro montón. Y así.
Un sonido impecable, un grupo perfectamente coordinado y un público que llevaba esperando esto demasiado tiempo hicieron de su concierto el cierre perfecto a una velada extensa. Deberían haber flaqueado las fuerzas, pero no. Durante muchos temas, sirvan “Happy song”, “Kingslayer” u “Obey” (estos dos últimos con las voces de Babymetal y YUNGBLUD disparadas) como ejemplos, tocar el suelo no fue una opción. Además su vocalista, Oli Sykes, cantó desde el foso “Drown”, volviendo locos a todos aquellos que se encontraban cerca.
“Throne” fue el colofón a una noche que muchos no van a olvidar de aquí a su último día. Esto no pretende ser una frase bonita para cerrar este texto, es una realidad. Las caras de los asistentes estaban extasiadas, rezumando felicidad y reflejando que habían experimentado uno de los mejores momentos de sus vidas.
Crónica: Alejandro Sanz
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