Una Gira de “remember”, la que se anunciaba apenas mes y medio para traer a nuestros escenarios a los hermanos Cavalera para tocar íntegros dos de sus obras más memorables. Beneath the Remains y Arise. Se anunció con poco margen e igualmente en poco margen las entradas volaron colgando el sold-out varias semanas antes del concierto.
Así, la expectación era máxima y la fila para entrar daba una buena vuelta a la manzana, por suerte, la cola avanzaba con fluidez, aunque bastante gente no llegó a ver el inicio del grupo telonero.
Gran puesto de merchandising con precios nada populares en las camisetas, si en otros artículos, y luego estaba eso que se ha puesto tan de moda: fotito y autógrafo de “los hermanos”… cha chan cha chan…. Cien euritos del ala…, y una foto… a ver si vas a gastar “el carrete”…, es decir, como ya pasó en su anterior gira de “remember” en el veinte aniversario de Roots. Algo con lo que estoy totalmente en contra. Que cada uno se puede gastar el dinero en lo que quiera, pero ningún músico, NINGUNO, merece que se le pague por hacerse una foto con él o que te firmen lo que sea. El problema es ese… que la gente lo paga. Allá cada cual. El caso es no dejar de alimentar a la bestia.
Para abrir el concierto, y al más puro estilo Iron Maiden, los hermanos Cavalera se han traído a un grupo totalmente desconocido, Healing Magic, pero que cuenta entre sus filas al hijo de Max Cavalera, los cuáles apenas acaban de editar un Ep, Restoration con cinco temas. Concretamente, el susodicho, responde al nombre de Igor Amadeus Cavalera, un nombre, bajo mi humilde opinión, un tanto pretencioso, y se encarga tanto de ser el vocalista como de tocar el bajo. A su lado, el guitarra Travis Stone y el batería Johnny Valles.
Al tiempo que la sala se iba llenando, el trío americano, concretamente de Arizona, dispusieron de cuarenta minutos en los que desgranaron los temas de su Ep mientras el público les veía y escuchaba con cierta curiosidad, pero vamos, que no volvieron loco a nadie. Aún así, no se les puede negar actitud sobre las tablas, si bien aún les falta mucho camino. Su estilo es Thrash de la vieja escuela, lo cual encajaba con lo que nos vendría después.
El trío cumplió, pero también es cierto que pasaron sin pena ni gloria. Calentaron algo el ambiente y poco más. Son muy jóvenes y aún les queda mucho futuro. Ahora, si papá no fuera quien es, dudo que sus oportunidades fueran más amplias.
Tras retirar la batería de Healing magic y el resto del equipo, poco se hicieron de rogar los hermanos Cavalera ante una audiencia que reclamaba que salieran ya al escenario. Por cierto, la sala Mitty Cats, la Cats de toda la vida… telita para un concierto. Nos quejamos de las palmeras de la Rivera, pero hete aquí que en esta sala nos encontramos con cuatro columnas ahí en medio, plantadas al más puro estilo de la antigua Penélope (ahora Mon), por no hablar de los continuos desniveles con los que te puedes encontrar. Vamos… absolutamente nada recomendable.
Con un telón de Cavalera y una bandera brasileña a modo de decoración, tras la intro de rigor, la expectación en la gente aumentaba y la adrenalina se desató en cuanto los hermanos Cavalera, Max e Iggor, acompañados de Mike Leon al bajo y de Mark Rizzo a la guitarra, hicieron su aparición en el escenario y empezaron con el tema Beneath the Remains. Los primeros pogos empezaban a formarse y el coro desde el público sonaba de manera atronadora acompañando a los músicos.
La gente parecía vivir un sueño hecho realidad y tras el saludo de Max con un nítido “Buenas noches” y la presentación de Inner self, aquello se desató aún más. Sin embargo, la sorpresa no estaba en el público, sino en el mismo escenario, pues el grupo estaba sonando bien, cosa que no dudaba instrumentalmente hablando, pero si que me sorprendió un Max Cavalera con las que no las tenía yo todas conmigo. El tío mantuvo a lo largo de toda la actuación un nivel vocal bastante bueno.
No cabe duda que de Max sabe mover a la gente pidiendo manos de fuego, o arriba todos mientras continuaban sonando los temas de aquel clásico de 1989 Stronger That Hate y Mass Hypnosis. Las revoluciones bajaron ligeramente con Slaves of Pain, pero aquello volvió a elevarse con Primitive Future. La verdad es que estaba siendo un repertorio increíble. Tras esta última, el grupo se fue del escenario, indicando que el tiempo de los temas de Beneath the Remains había llegado a su fin.
Una nuevo intro comenzó a sonar y si hasta entonces la gente estaba encantada, en cuando comenzó a sonar Arise, la histeria se hizo colectiva con grupo y público saltando al mismo tiempo. El siguiente clásico fue Dead embryonic cells. ¿Se podía pedir más? Claro que si, pues llegaba el turno de Desperate cry y un Max Cavalera que se desgañitaba dándolo todo haciendo que el público ovacionara a su hermano Iggor al referirse a éste.
La especie de batucada que sirve como intro nos decía que era el turno de Altered state, en la que, a mitad de tema, se incluyeron fragmentos tanto musicales como vocales del War pigs de Black Sabbath. Infected voice fue atronadora al igual que la versión de Orgasmatron. Al acabar esta, un tanto chulesco, Max Cavalera nos pidió que si queríamos más, gritáramos llamándonos “hijos de la chingada”… y después abandonaron el escenario, al parecer Max confunde México con España. El tiempo de Arise había concluido.
La gente gritaba “Sepultura Sepultura” y el grupo volvió sin hacerse de rogar reclamando que ellos eran los verdaderos Sepultura al tiempo que comenzaban una tremenda Refuse / resist, terminándola en la batería en modo batucada, tal como en el tema. Cerraron su concierto con el medley de Beneath the remains y el propio Arise, presentando también a la banda. Apenas fue hora y cuarto, pero no se puede negar que fueron una apisonadora. Eso si, no por ello hay que dejar de apuntar que se dejaron por tocar dos temas, Ace of Spades y Troops of Doom, y no se puede decir que era por falta de tiempo pues terminaron a las diez y veinte.
Está claro que vinieron y convencieron, nos gustó a todos, pero tampoco podemos engañarnos. Hace tres años tocaron el Roots. Ahora Beneath the remains y Arise. ¿Tendremos otro “revival” con Chaos A.D.? Seguro que si. Yo al menos no lo dudo. Y es que esto de los “revival”, vengan de quien vengan, no dejan de ser un… me faltan ideas nuevas…
Set list Cavalera:
- Beneath the remains
- Inner self
- Stronger that hate
- Mass hypnosis
- Slaves of pain
- Primitive future
- Arise
- Dead Embryonic Cells
- Desperate cry
- Altered state
- Infected voice
- Orgasmatron
- Bises:
- Refuse / Resist
- Beneath the remains / Arise
Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
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