¿Qué mejor que acabar la semana de los difuntos o para los más “modernos”, la de halloween que un concierto de Cloven Hoof? Pues para este pasado domingo, lo cierto es que era un buen plan. Sin embargo, para los grandes fans de la NWOBHM que hay en Madrid, si si, todos esos que presumen de que les encantan los grupos underground de esa época, pero que más bien se limitan a comprarse parches que a ir a conciertos, no debió de parecérselo. Supongo que Mamá Parche o Papá Parche no les “llamó” a la convocatoria y no tuvieron que hacer acto de presencia para “figurar”.
Lo cierto y triste es que apenas nos reunimos tres decenas de personas para presenciar el concierto de los británicos. Una verdadera lástima.
Concierto el de Cloven Hoof sin telonero, lo cual se agradece por el horario que impone la sala Wurlitzer, pero que no es óbice para no haber ido. Dos años hacía de su última visita, durante los cuales, la banda del bajista Lee Payne mantiene al vocalista George Call y al guitarra Chris Coss, siendo los nuevos miembros el batería Mark Bristow y el jovencísimo guitarra Ash Baker.
Sin ceremonia alguna, el quinteto se subió a las tablas y arrancaron con dos temas que quedan lejos de ser clásicos de la banda, Inquisitor, con un buen coro y Song of orpheus. A pesar de ello, el público respondió, si bien es cierto que un tanto alejados de las primeras filas. El primer clásico de la banda, como así lo presentó George Call, fue Highlander. A todos nos gustó el tema, sin embargo, a Call, sin perder la sonrisa en ningún momento, no le gustó mucho la reacción del público, pues para The fugitive, se bajó del escenario con el fin de acercar a la gente a las primeras filas, cosa que consiguió, logrando una atmosfera totalmente diferente.
La primera agraciada por este cambio, fue Astral Rider, y a partir de ahí todo fue a más. Primero porque la banda, con el veterano Payne a la cabeza, se estaba dejando la piel desde el minuto cero. Segundo, porque el vocalista es muy bueno. Tercero, porque el sonido en la Wurlitzer es sobresaliente. Y cuarto, la entrega del público, buena desde el inicio, iba in crescendo según pasaba el concierto.
Tras darnos las gracias por haber ido al concierto en domingo, el vocalista, que insisto, es muy bueno, aún no tiene muy clara la discografía de la banda, pues tuvo que confirmar con Lee Payne si la siguiente, The gates of Gehenna, pertenecía al primer álbum. Tras las risas de rigor, nuevo tanto que se apuntó la banda con la interpretación del tema.
Continuaron con su pequeño homenaje a Dio, pero como aclaró George Call, no en forma de versión, sino con la canción Kiss of evil, para el que pidió una entrega especial de los asistentes en los coros ensayándolo antes, coros que ya en el propio tema participó Lee Payne.
El propio George Call jaleó el nombre de la banda al tiempo que hacía los honores para Lee Payne, el cual cogió el micrófono y nos dio las gracias para volver a tomar Call los mandos y no dar tregua con la rápida Time to burn, que a pesar de no ser un clásico, consiguió con la rapidez de la batería, una más que aceptable acogida. A destacar aquí el solo del joven Ash Baker, que forma una buena dupla con Chris Coss.
Después de pedir saludos para su ingeniero nos ofrecieron la más oscura Cloven Hoof, que con sus cambios de ritmo nos envolvió a todos para dar paso después a la canción del espacio, Nova Battlestar con el inicio a cargo de la base rítmica de Payne y Bristow y unos coros en los que todos nos dejamos la garganta.
Call pidió una merecida ovación para el batería y nos presentó Crack the whip, durante la cual se bajó del escenario ofreciendo el micrófono al público. El sonido aquí se desdibujó un poco, pues las guitarras sonaron excesivamente altas durante gran parte del tema.
La más coreada de la noche, o una de las más, fue Reach for the sky, dejándonos a todos un gran sabor de boca. Lamentablemente, el concierto llegó a su fin con un último clásico, siendo el turno de Laying down the law. Puro heavy metal de factura clásica que de nuevo hizo las delicias de los asistentes.
Los poco más de ochenta minutos de Cloven Hoof sobre el escenario llegaron a su fin, consiguiendo que todos nos fuéramos con ganas de más pues los británicos realizaron un señor concierto, de esos que sientan cátedra, y del que lamentablemente, solamente unos pocos afortunados pudimos disfrutar. El grupo además, estaba más que agradecido de la entrega que había tenido la audiencia. Esperemos que para la próxima visita de la banda, tengan más suerte en cuanto a la asistencia, pues merecer, lo merecen con creces.
Set list Cloven Hoof:
- Inquisitor
- Son of orpheus
- Highlander
- The fugitive
- Astral rider
- The gates of Gehenna
- Kiss of evil
- Time to burn
- Cloven hoof
- Nova battlestar
- Crack the whip
- Reach for the sky
- Laying down the law
Crónica y Fotos: Fernando Leal Vielsa
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