Unas 26.000 personas esperaban con incertidumbre el comienzo de la nueva edición del Azkena Rock Festival. La inclusión de bandas relativamente nuevas en el cartel hizo que muchos de los futuros asistentes se desilusionaran con respecto a esta edición, pero es cierto que muchos de ellos supieron limpiar esa calificación de “novatos” con sus enérgicos y sorprendentes directos.
La organización, que contaba con Blondie como primer cabeza de cartel, se sacó de la manga la contratación de Scorpions quienes cumplían 40 años sobre los escenarios y provocaron que asistiera un público más amplio y variado que el esperado. A pesar de las dificultades, el Azkena Rock Festival 2014 supo jugar sus cartas y demostró porque se mantiene durante los años con una fiel afluencia de público y como referente hasta en nivel estatal.
La mañana del 20 de junio amaneció con un clima nublado que auguraba tormenta. Los primeros en intentar hacerla estallar, fueron 13 Left To Die. El grupo Gasteiztarra salió a darlo todo y gozaron de un excelente sonido a pesar de ser los primeros en abrir escenario y su potente metal, que a priori parecía desentonar con el resto del cartel, demostró que con su último trabajo “Seconds Behind” podían arrancar de manera muy potente.
Los canadienses Monster Truck, que en directo corroboran la categoría de un grupo con un potencial espectacular, fueron los segundos en tocar, esta vez en el segundo escenario.El grupo del vocalista Jon Harvey hizo que disfrutáramos de una intensa actuación que pasaba desde el hard rock, pasando por el blues y con algo de stoner. Con este concierto comenzó lo que iba a ser un lluvioso día en el festival Vitoriano.
Pero a pesar de mojarnos, hubo dos bandas que tuvieron que cancelar su actuación a causa de la lluvia: Bourbon (quienes recuperarían el día siguiente) y Bombus, quienes desgraciadamente cancelarían el concierto de forma definitiva.
Aprovechando este momento y hasta el comienzo de Seasick Steve nos acercamos a la zona de alimentación en la que pudimos disfrutar de un buen bocadillo y una cerveza mientras nos resguardábamos de la lluvia.
El señor “Steve” el cual ya nos impresionó en un Bilbao BBK no hace demasiado, no se vio perjudicado por el temporal, y su recital fue hipnótico, con su acompañante y sus instrumentos caseros. Tras un concierto que se nos hizo breve, agradeció al público por haber aguantado en el concierto aún a pesar de la lluvia y se despidió tras una corta hora de espectáculo.
Tras volver un rato al camping, en el que se nos había mojado casi toda la ropa debido a la lluvia y al fuerte vendaval que azotaba Mendizabala, sobre las 22.30 de la noche llegó el turno de la banda más esperada del festival.
Scorpions pisaban por primera vez el escenario Lou Reed en su gira de despedida. Ante las excelentes críticas de sus anteriores conciertos, esperábamos un grandioso espectáculo en el que podríamos ver a los Scorpions más enérgicos y cañeros.
No hicieron una mala actuación, pero tampoco lograron hacer llegar al público la sensación de grandiosidad que habían hecho en otras ocasiones. El sonido no fue el mejor, en algunos temas faltó algo de magia y hacer tres baladas seguidas como son «The Best Is Yet To Come», «Send Me An Angel» y «Holiday» o las dos canciones más conocidas seguidas («Still Loving You» y «Winds Of Change») resultó en mi opinión un error.
Tras temas más potentes pudimos ver un espectacular sólo de batería en el que alzó la batería en el aire y un solo del guitarra Matthias Habs, por lo que nos sentirnos un poco mejor con respecto a la energía que desplegaron.
La actuación se levantó en momentos como «Raised On Rock», continuando con «Tease Me Please Me. Solo faltaban los grandes himnos «Rock You Like A Hurricane» y «Big City Nights», dos grandes temas ejecutados a la perfección.
Tal vez tuvimos las expectativas demasiado altas, porque no fue un mal concierto, pero estuvo lejos de ser inolvidable.
Sin embargo, Turbowolf, que estaban ansiosos esperando en el segundo escenario el final de Scorpions efectuaron una función memorable.Estos inclasificables genios brillaron con luz propia temas como «Ancient Snake», «Seven Severed Heads» o «Read + Write».
Cuando apenas llevaban cincuenta minutos, dieron por finalizada su actuación y tras una hora y media de espera llegó el turno de otra de las grandes actuaciones del día, y una de las más esperadas por un servidor.
Unida, la banda liderada por John García (Ex Kyuss) se desenvolvió en el escenario con una facilidad pasmosa e interpretaron temas clásicos como “Wet Pussycat”, destacando los potentes riffs de Arthur Seay y los sensuales bailoteos del vocalista. Durante la hora de concierto se vio que la gente disfruto al máximo, pues a pesar de que acabó sobre las tres de la mañana la gente pidió más y más, en un concierto que cerró por todo lo alto el primer día de esta edición del Azkena.
Aunque se auguró tormenta, el tiempo perdonó y nos permitió poder disfrutar al completo del sábado que sería el último día de esta breve decimotercera edición.
En Violent Femmes pudimos ver un rock and roll muy preciso, contundente y agradable, cosa que llevan haciendo desde los años 80. Y esta vez no iba a ser menos.
Con un Gordon Gano impasible ante el público y micrófono, y con el nuevo batería, supieron dar un espectáculo que se nos hizo bastante breve y en el que echamos un poco de menos a Victor DeLorenzo, fundador y primer batería del grupo.
No pudimos ver a The Strypes ya que nos esperaba una noche muy larga y tuvimos que reponer fuerzas y descansar un poco antes de embarcarnos en esta aventura que nos deparaba el futuro, así que tras ver al cuarteto Yankee llegó el turno de Joe Bonamassa.
Independientemente de su posición en el cartel, he de admitir que Joe Bonamassa era para muchos una de las prioridades del cartel. Ofreció un auténtico recital, con una habilidad tremenda , muy sentimental y técnica. El público se entregó a su habilidad y supo devolver el calor que recibió con creces. El propio Joe Bonamassa estaba encantado de tocar y lo hizo notar manteniéndose muy cercano al público. Además de su maestría, estaba acompañado de un gran elenco de músicos virtuosos que no quedaban en un segundo plano, y eso que estamos hablando de Joe Bonamassa..
Acabó con la especial interpretación de «Sloe Gin», y la descomunal potencia de «The Ballad Of John Henry», con una “jam” improvisada en plena canción.
Y llegó el turno de Debbie Harry y compañía.
Si soy sincero, tampoco es que Blondie sea un grupo que me llame demasiado la atención, sobre todo desde el año 1980.
Blondie un grupo que ha ido desapareciendo y apareciendo una y otra vez del panorama musical, y sin destacar demasiado en sus apariciones, parece vivir de las rentas de lo que un día fue una gran carrera musical.
A diferencia de su última actuación en el BBK LIVE, en el que interpretaron en su mayoría temas clásicos y por tanto fue un gran concierto, esta vez en Vitoria no supo transmitir nada más que desgana y un pobre sonido muy por debajo del nivel esperado. No es que el repertorio estuviera mal escogido (comenzaron con “One Way Or Another”) pero como acabo de decir, el mal sonido fue más fuerte y su falta de ganas era apreciada por el público.
Algo extraño ocurrió con el sonido de este conjunto, pues poco después de la finalización del concierto la organización pidió disculpas por medio de las redes sociales y explicaron que pidieron a los técnicos traídos por el grupo que solucionaran los problemas de sonido, cosa que hasta la propia Debbie exigió y a la que hicieron caso omiso.
Fue un concierto que tuve la suerte de no esperarme gran cosa, ya que un fan de Blondie se hubiera sentido bastante defraudado.
Y seguido de la actuación de Blondie, llegó el turno de Wolfmother, los cuales nos hicieron llegar otras sensaciones completamente diferentes. El concierto empezó con buen pie, con mucha actitud, un gran sonido y una perfecta ejecución musical y sobre todo vocal. Para mi gusto, la batería debió de haberse oído un poco más, pero para eso he de ponerme un poco tiquismiquis.
Además, escogieron la mayoría de los temas del repertorio de su primer álbum y el público entero disfrutó y coreó canciones como “Dimension”, “Woman” o “Joker and The Thief”.
Fue uno de los conciertos más esperados de este día y supieron dar lo que es esperaba de ellos.
Cuando Royal Thunder comenzó a tocar, apenas había gente en el segundo escenario, pero con el tiempo el personal se fue acercando a disfrutar del concierto tan lleno de actitud que ofrecieron. Unavisceral fusión del rock con toques de blues se presentaba ante nosotros de una manera interesante. Supieron ganarse al público y disfrutaron sobre el escenario finalizando la actuación con un efusivo abrazo que transmitía la felicidad por un trabajo bien hecho.
Y para finalizar el festival, fue el turno de Kadavar. Grupo muy esperado que está causando sensación y que interpretó temas de sus dos discos. El trío alemán tocó con una perfección aplastante, con unos pegadizos y potentes riffs que se unían una y otra vez hasta hacernos entrar en un bucle infinito. Al final, tuvimos que abandonar el recinto antes de tiempo, ya que el cansancio fue más fuerte que nosotros, pero nos fuimos con un buen sabor de boca, aunque si hubiera que criticar algo de Kadavar diría que muchos de sus temas eran similares entre ellos, y por tanto en ocasiones se hacía repetitivo.
Como conclusión de esta edición del Azkena Rock Festival me animaría a decir que la presencia de grupos nuevos, ha funcionado de una manera estupenda aportando frescura y otorgando a bandas más pequeñas la oportunidad de crecer y de vivir la experiencia que supone tocar en un festival tan reconocido como este. Aun así, me hubiera gustado otro tipo de cabezas de cartel (como los que ha habido otros años: Queens Of The Stone Age, Ozzy Osbourne, Tool…) y he extrañado un poquito más de Stoner, así que a ver si para el año que viene se cumplen estas pequeñas peticiones y no encuentro cosas de la que quejarme.
Aun así, un excelente trabajo y con ganas de que empiecen a confirmar grupos para el año que viene.
IoritzIpiña García
Sin comentarios