Noche de chicas en Madrid. No es muy normal acudir a un concierto en el que tanto el grupo cabeza de cartel como el invitado estén formados en su totalidad por féminas. Y eso es lo que ocurrió anoche. Por un lado, desde Madrid, las jovencísimas Lizzies, y por otro, desde Suecia, las algo más mayores Crucified Barbara. Como anécdota, es curioso que las componentes tanto de Lizzies como de Crucified Barbara lleven un apodo asociado a su nombre. El lugar, la sala Independance live, nueva para mi y que para conciertos de pequeño aforo, no está mal. Para entrar en ella, hay que bajar unas escaleras bien empinadas recordando en cierta manera la entrada a la desaparecida Canciller. Qué tiempos…
El precio del concierto no era caro, quince euros, pero lo que no veo ni medio normal, es que el precio el día del concierto suba hasta los veinticinco, ¿estamos locos?, y encima, en lugar de entrada, te den un papelito que es la entrada a la discoteca normal. Me parece algo de lo más vergonzoso por no decir otra cosa.
Las puertas se abrieron minutos después de la hora anunciada, sobre las nueve y cuarto, advirtiendo a quien entrara en esos momentos, que no se podría salir de la sala, supongo que por los fumadores, hasta las diez de la noche, ¿perdona?…. Hay normas que no son estúpidas, son lo siguiente.
El merchandising estaba separado con un puesto para cada una de las bandas. Las Lizzies, aunque con un puesto pequeño, tenían bastante variedad de cosas, como camisetas, parches, chapas, su primera maqueta y el ep ya editado a finales del 2013, y todo a precios razonables. Por su parte, Crucified Barbara, disponían de toda su discografía, vinilo incluido de su última entrega, camisetas y gorras. Esta vez no regalaban el cartel del concierto con cada compra que se hiciera, como sucedió en su última visita, pues ahora lo vendían firmado. Además, habían subido el precio de los objetos que vendían con respecto al año anterior.
No había mucha gente. Para qué engañarnos. Era la tercera vez de las suecas por Madrid y en ninguna de ellas se puede decir que nadie pasara agobios. Siendo generosos, diría que se pasaba del centenar de personas, que parece una cifra demasiado estándar últimamente en grupos pequeños.
Lizzies
Un par de minutos después de las nueve y media, Lizzies, a través de Patricia a la guitarra, Marina al bajo, ambas colocadas de espaldas, y la nueva batería Saray, salieron al escenario, para, tras una breve intro, empezar su descarga. Era la primera vez que las veía y todo el mundo me había hablado bien de ellas. Buenas o malas, estamos hablando de una banda que con tan solo un Ep editado, ‘End of time’, no dejan de patearse tanto los escenarios nacionales como internacionales.
Estas chicas, por cierto, muy jóvenes, ya han tocado, aparte de en España, al menos en Holanda, Portugal, Alemania, Suecia e Inglaterra. Para este concierto, fueron anunciadas con apenas una semana de antelación. Pero lo que cuenta es que estaban en el escenario defendiendo su imagen, la cual es totalmente ochentera, y sobretodo su estilo, que sin engañar a nadie, es heavy metal clásico también de la época. Toda una rara avis en este país hablando del sexo femenino.
“Fuck you”, ya con su vocalista Elena, o “Hell End”, en el escenario, fue el primer tema, y desde el primer momento las vi con mucha soltura. Quizá más nerviosa a Saray, algo que también era normal, pues hacía pocos días que se había unido a la banda. De seguido enlazaron con “One night Woman” y la verdad es que el público no parecía conectar mucho con ellas.
Elena no estaba muy dispuesta a que eso siguiera así y jaleo al público para que demostraran que no era noche de miércoles. Presentó “Sacrifice” y la gente empezó a moverse un poco.
Con “Motorcycle”, Marina más seria, pero totalmente concentrada en su labor al bajo, por cierto, tocado ‘a lo Harris’, sin púa de por medio, Patricia no perdía la sonrisa, logrando contagiar al resto del grupo. Las tías se estaban divirtiendo con una Elena que no paraba de acercarse al borde del escenario interaccionando con el público, el cual, según iban cayendo los temas, se iban metiendo más en el concierto.
La siguiente en caer fue el título de su ep “End of time” para después seguir con “Fire”, durante la cual Elena presentó al resto de la banda, incluida a ella misma. El grupo estaba sonando bastante bien, destacando sobretodo a Patricia Strutter. La actitud de las cuatro era totalmente sobresaliente, y con ella se lanzaron a por su laberinto de espejos con “Mirror Maze”, que fue el tema más coreado hasta el momento. Les iba costando, pero se fueron metiendo al público en el bolsillo.
“Speed of the road” fue anunciado como el último o el penúltimo tema de la noche, en virtud de si la gente quería que tocaran una más, para mi el tema que mejor sonó de su set. Finalmente, terminaron con su himno particular, “Heavy metal Warriors”, de la misma manera con la que habían empezado: disfrutando de lo que hacían. El tema se convirtió en una verdadera fiesta encima del escenario, fiesta que también logró conectar con el público. Al acabarlo, saludo con las cuatro en el centro del escenario y sus treinta y cinco minutos llegaron a su fin.
Ciertamente, la mayoría de los allí congregados, aparentemente no son el típico público de estas chicas, hablando con gente que ya las conocía, me decían que cada vez sonaban más compactas. Es verdad que a nivel vocal hay que pulir un poco el grupo, pero están en el buen camino. A pesar de las dudas iniciales, no decepcionaron en absoluto y ojalá lleguen donde otros no lo han hecho. Ilusión y ganas no les falta para nada, y tablas no dejan de coger. Resaltar sobretodo, que de los ocho temas que tocaron, los ocho son suyos, sin apoyarse en ninguna versión y creyendo firmemente en sus canciones. Algo más que loable.
El setlist de Lizzies fue:
01. Fuck you
02. One night woman
03. Sacrifice
04. End of time
05. Fire
06. Mirror maze
07. Speed of the road
08. Heavy metal warriors
Crucified Barbara
En un periquete las Lizzies recogieron sus instrumentos y desalojaron el escenario para dar paso a la preparación del escenario para Crucified Barbara. Apenas había que cambiar los platos de la batería, pero aún así el intervalo entre grupo y grupo se alargó hasta casi la media hora.
Pasadas las diez y media, más o menos la hora en la que acabó Kreator el sábado pasado, las luces se apagaban y las cuatro suecas salieron a presentar su último trabajo ‘In the red’, en el cual su estilo, una mezcla de Ramones y Motörhead, no ha cambiado, aunque si que ahora elaboran más los temas, que no significan que sean mejores. Tras los cuatro discos que tienen en el mercado, se puede decir que han madurado bastante, sobretodo encima de las tablas.
Sin preliminares de por medio, empezaron con la canción homónima del nuevo trabajo, que la verdad, no es una canción que enganche demasiado, todo lo contrario que la siguiente, “The crucifier”, de su anterior obra, que nada más ser presentada, recibió una buena ovación. La temperatura iba subiendo progresivamente, y más con “Sex action”, la cual no fue presentada y que fue coreada por toda la sala. Al acabar el tema, Ida al bajo dio las gracias a todos.
Era un placer ver cómo lo que ya se había visto con Lizzies, se veía ahora con sus “hermanas mayores”, me refiero a la actitud encima del escenario, destacando, como ya en anteriores ocasiones, Ida Evileye en el bajo, la cual no paraba de moverse cabeceando en todo momento y tocando también, como Marina en Lizzies ‘a lo Harris’, defendiéndose a la perfección. Mia Coldheart desde su última visita a esta parte a cogido unas tablas impresionantes, ganando en técnica con la guitarra, y afianzándose como una buena frontman, algo de lo que antes no podía presumir tanto. Klara Force, la otra guitarra, es más de pose, aunque sin dejar su lado más macarra y también tocando muy bien. Y tras el doble bombo, como si no hubiera roto un plato, Nicki Wicked le termina de dar forma a estas cuatro suecas acompañando también en los coros junto a Klara e Ida.
Vuelta al nuevo disco con Mia recalcando que lo tenían en el mercado, con “To Kill a man”, y ese inicio a lo Brutal planet de Alice Cooper, el cual también es uno de los singles. “Everything we need”, nos la dedicó a todos, pues el título ya habla por si solo. Era un gustazo verlas sin parar de moverse todo el tiempo, aunque también es cierto que las coreografías que hacen, están un poco forzadas.
“The ghost inside”, con ciertas reminiscencias a Fortunes Of War de Maiden en el solo inicial, tuvo una acogida bastante más floja. La balada Jennyfer llegó tras un pequeño ajuste de instrumentos y un pertinente trago de cerveza de Mia, brindando hacia nosotros y ganándose una buena ovación. La balada sirvió para recuperar energías que de nuevo se desataron con “Rock me like the devil”, donde Mia se desato corriendo por el escenario a ambos lados preguntado ‘are you ready?’ y jugando con el título de la canción para que nuestra entrega fuera como la del diablo, y de hecho, así fue.
“Lunatic #1” fue anunciada con la voz modosita de Klara para soltar un grito gutural que dio comienzo al tema. Llegaba el momento de mirar hacia su primer disco con 2 temas, “Motorfucker” e “In distortion we trust”, que fueron de lo más aclamado. Cabe resaltar la compenetración que hay entre las cuatro componentes. Llegaba el final de la actuación con el también single “I sell my kids for rock and roll”, que si que es una declaración de intenciones.
Habían pasado cincuenta y cuatro minutos cuando se fueron del escenario. Para quién las viera por primera vez, supongo que no les haría gracia. Yo, que ya las había visto, sabía que era lo normal, aunque no por ello me sentó mejor, pues sabía que esto llegaba a su fin.
Un par de minutos después, Mia salió al escenario en solitario y hizo el inicio de “My heart is Black” en acústico, uniéndose un par de minutos después el resto de la banda y atacar el tema ya en eléctrico. Nicki pidió palmas antes de tocar la canción más directa del nuevo disco, “Electric Sky”, también de lo más coreado y aclamado de la noche. Se despidieron con “Into the fire”, que no es la mejor elección para terminar y presentando también a la banda.
Setenta y cinco minutos de bolo, diez más que en su último concierto. A lo mejor hasta hay que agradecérselo. El grupo es una buena banda, pero para mi sigue siendo inexplicable que con poco más de treinta años no puedas llegar de mínimo a los noventa minutos en el escenario. Cada vez está más claro que el caché de los grupos es por su minutaje, y en el caso de Crucified Barbara ese es su gran lastre, porque calidad, la tienen, y lo que demuestran en el escenario está muy bien. A mi me han gustado todas las veces que las he visto, pero coño, tocar más tiempo. Me repito y me repetiré en este tema hasta la saciedad. Pero bueno, esto es como pedir peras al olmo. Lo peor es que estamos acostumbrados y así nos va.
El setlist de Crucified Barbara fue:
01. In the red
02. The crucifer
03. Sex action
04. To kill a man
05. Everything we need
06. The ghost inside
07. Jennyfer
08. Rock me like the devil
09. Lunatic #1
10. Motorfucker
11. In distortion we trust
12. I sell my kids for rock ‘n’ roll
Bises
13. My heart is Black
14. Electric sky
15. Into the fire
Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
1 comentario
Allmanzor
Gran reseña para una buena (y fría) noche Heavymetalera.
Obviamente los de las primeras filas somos los grandes olvidados, ja ja. Coincido con casi todo lo que has dicho, pero en 1º fila creo que la actuación de Lizzies nos llamó la atención desde el primer minuto. También quiero recordar al grupito que cuando Mia Coldheart salió para empezar My heart is black empezamos a corear su nombre, recibiendo una agradecida mirada de la chica.
En cuanto al tiempo de actuación, coincido plenamente. Si eres un grupo pequeño y te comportas como tal, posiblemente nunca llegues a ser grande. Un concierto de hora y media es lo mínimo que se debería dar si eres cabeza de cartel. Yo no estoy acostumbrado a eso en modo alguno, y me indigna tanta brevedad. Los diez minutos extra no sirven para hacer de una actuación algo inolvidable y perdurable. E insisto; creo que ese no es el camino a la grandeza.
Pero por lo demás, todo muy bien. Gran entrega de las dos bandas y un buen rato para Rockear.