¿Qué mejor que darle la bienvenida al último mes del año que con un concierto? Bien, pues para finalizar la semana y recibir a diciembre, en la sala Silikona nos esperaban los polacos Crystal Viper acompañados de los catalanes Kilmara. Sobre el papel pintaba bien, sin embargo, las desapacibles condiciones atmosféricas, pues hacía bastante frío y diluviaba en Madrid, y seguro que alguna causa más, hizo que apenas nos juntáramos unas pocas decenas de personas para presenciar este concierto.
A la hora del comienzo, aún no se habían abierto las puertas, pues al parecer había habido problemas en las pruebas de sonido, pero esto apenas se retrasó cinco minutos, por lo que no tardamos nada en entrar.
Rápido vistazo al merchandising, destacando sobre todo parte de la discografía de ambas bandas, si bien es cierto que los polacos, (sin ser peyorativo y refiriéndome a los de Polonia, que hay mucho sensible suelto sin vacunar) pusieron los discos algo caros, comentándome más de uno que se los hubieran llevado, pero no a ese precio. Y es que los grupos no terminan de ver eso de que rebajando un poco, tendrían más beneficio. Cada uno sabrá.
Con un cuarto de hora de retraso y el consiguiente recorte en el setlist, los barceloneses Kilmara subían al escenario con ganas de comérselo todo. El grupo en formato de quinteto, liderados por su guitarrista Jonathan Portillo, lleva en activo desde el 2003 y siguen en su gira de presentación de su última obra, Across the real of time, editado en el 2018, teniendo Portillo como compañeros de barco a Daniel Ponce a las voces, Miguel Laise a la otra guitarra, Didac Pla al bajo y a Eric Killer a la batería.
Sin ningún apoyo a nivel de montaje escénico, comenzó a sonar la intro y rápidamente la banda empezó con Purging flames. El grupo sonaba bien, sin embargo, la voz se oía excesivamente baja, algo que no se llegó a solucionar. Pidieron disculpas por el retraso y siguieron con otro de sus últimos temas, The forge. Las canciones de la banda no son fáciles. No son de primera escucha y es cierto que cuesta que entren un poco.
Hicieron referencia a su productor Roland Grapow previamente a My haven, el cual no solo produjo el álbum, sino que tocó el primer solo del tema. Primer guiño al pasado ante una de las que ellos mismos consideran una de sus mejores canciones, Fantasy, la cual es más directa, reflejándose esto también en la actitud del público. Melodías árabes para el comienzo de Principles of hatred para luego destapar su esencia.
Buscando la complicidad con la gente, llegó el momento del tema más tranquilo, Blindfold. El punto álgido de su concierto llegó con Disciples con un buen solo a cargo de Portillo. La contundencia llegó con la última que tocaron de su último disco, Out from the darkness, gran trabajo a cargo de Didac Pla y Eric, bajo y batería respectivamente, tema éste además con el que grabaron un videoclip.
Cerraron su concierto con The break up tras agradecer a todos los presentes, que fue además de las que mejor sonaron incluyendo también la voz. Cincuenta minutos de concierto en los que a la banda no se le puede negar actitud, pero es cierto que sus temas, al no ser fáciles, no calaron precisamente porque sin conocerlos te dejan un poco frío, si bien calidad no se les puede negar.
Set list Kilmara:
- Intro
- Purging flames
- The forge
- My haven
- Fantasy
- Principles of hatred
- Blindfold
- Disciples
- Out from the darkness
- The break up
En apenas un cuarto de hora se hizo el cambio de equipo, con lo que el inicio del concierto no llegó a retrasarse ni diez minutos, lo cual es de agradecer. No es la primera vez que Crystal Viper tocan por estos lares, y tampoco sería la primera en la que encabezan su propio tour. En esta ocasión, venían presentando su más reciente obra, Tales of fire and ice, editada apenas diez días antes de su concierto en Madrid.
Así, con la portada de su nuevo disco en la pantalla de la sala y tras la intro de rigor, la pequeña en estatura Marta Gabriel, pero gran vocalista, subió al escenario donde ya estaban sus músicos y comenzaron con uno de sus nuevos temas, la más melódica Still alive, llevándose la primera ovación ante un público que se había acercado a las primeras filas. La voz, al igual que pasó con Kilmara, sonaba baja, aunque no tanto como sus predecesores. Por suerte, el problema del volumen en el caso de Crystal Viper se solucionó con rapidez. Resaltar también que las luces mejoraron notablemente con respecto a otros conciertos en la misma sala. Esperemos que no sea una excepción.
El derroche de actitud de la banda era innegable, pero la de su vocalista era cuestión aparte. Marta Gabriel es una polvorilla que no paraba un momento, llevando ella sola el peso de toda la banda. Mucho más heavy fue The witch is back, siguiendo del mismo palo con la tremenda Stronghold – Under siege, con una batería a cargo de Cederic Forsberg bastante acelerada.
Las tres primeras habían caído seguidas, subiendo las revoluciones en cada una de ellas, por lo que, tras darnos las buenas noches, decidieron levantar el pie del acelerador con When the sun goes down, volviendo a apretar el pie con Hope is gone, here’s new law. Se les fue para mal el sonido de la batería en Metal nation, pues sonó altísima, por suerte a mitad de tema lo corrigieron y se pudo disfrutar del tema.
Llegó el momento de otro nuevo tema, Under ice, en el cual se volvió a comprobar que sus nuevas composiciones son mucho más melódicas. El grupo abandonó el escenario dejando sobre el mismo a los dos guitarras, tanto Andy Wave como Eric Juris mantuvieron su particular duelo guitarrero que no fue nada del otro mundo y que, francamente, se podrían haber ahorrado, pues cortó un poco el ambiente. Sin embargo, ante temas como Flames and blood, rápidamente el público se volvió a meter en el concierto con un bajista, Blaze J. Grygiel desatado por completo.
Puños en alto para recibir Secret of the black water, heavy clásico por los cuatro costados. Previo a Witch’s mark llegó el momento para la presentación de la banda, incluso Marta, humildemente, se presentó a ella misma. El bloque más melódico de la noche llegó con Bright lights y Neverending fire, ambas nuevos temas. Pero algo me dice que el público de Crystal Viper, sin desdeñar sus nuevas canciones, es más de temas como la directa Do or die, que fue la siguiente en sonar, con un coro entre medias de Manowar y Gamma Ray.
Night prowler, siendo de las primeras composiciones de la banda, también fue una de las más celebradas. One question es de lo más rápido que han compuesto en su nuevo disco, que se enlazó con la cruda Night of the sin. El concierto llegó a su fin con At the edge of time con el grupo dando hasta lo último que les quedaba dentro. Había pasado hora y media en un abrir y cerrar de ojos, y si hubieran seguido, todos hubiéramos estado encantados.
Cuando terminaron, Marta Gabriel parecía que no había roto un plato. La banda al completo se mostraron muy cercanos y amables, bajando al momento a ocuparse de sus fans. Un ciclón en forma de víbora de cristal había pasado por Madrid, y aunque era mi primera vez con la banda, indiscutiblemente, no será la última, pues a sus buenos temas, se suma un buen directo. Lástima que fuéramos tan pocos.
Set list Crystal Viper:
Intro
- Still alive
- The witch is back
- Stronghold – Under siege
- When the sun goes down
- Hope is gone, Here’s new law
- Metal nation
- Under ice
- Guitar solo
- Flames and blood
- Secret of the black water
- Witch’s mark
- Bright lights
- Neverending fire
- Do or die
- The ghost ship
- Night prowler
- One question
- Night of the sin
- At the Edge of time
Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
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