Mi primera experiencia con los conciertos fuera de España con tareas de organización no resultó muy diferente a como se hacen las cosas de nuestro país, salvo en la presentación y en la cantidad del catering que nos pusieron, donde nadie se quedó sin cenar o con hambre, asi da gusto.
Bueno, fuera de la comida, volvíamos a preparar el viaje desde Montpellier a Bolonia, otra larga jornada de carretera, que arrancó a tempranas horas de la mañana. De nuevo volvíamos a los peajes franceses, que la verdad fue un auténtico sangrado económico hasta llegar a la frontera con Italia, que luego siguió también hasta la llegada a Bolonia, que hace plantearse que la opción de viajar por carretera de España a Italia es absolutamente inviable y es mucho más rápido y barato viajar en avión.
Menos mal que el viaje y los paisajes merecieron la pena, donde pasamos por la zona de Marsella, Nimes, Niza, Mónaco y las espectáculares vistas del Principado que conectaban con Italia por la zona de San Remo. Una carretera muy sinuosa llena de curvas y túneles que conecta ambos países y que es muy bonita y cara de visitar. La sinuosa carretera continuó hasta llegar a Génova, donde ya tomamos el desvío hasta el interior de Italia, donde nos estaba esperando una frondosa y molesta niebla para conducir, lo que unido a las eternas rectas, hicieron el viaje algo tedioso y aburrido hasta nuestra llegada a Bolonia. Además, eran menos de las cinco de la tarde y la noche ya era cerrada, vamos que no era el mejor ambiente.
También en Italia el jueves iba a ser fiesta, por lo que se preveía buena entrada de público, cosa que no pasó, pero no adelantemos acontecimientos.
El concierto se iba a celebrar en un funcional Alchemica Club, un complejo que tenía sala, locales de ensayo, estudios de grabación y que como el día anterior nos recibió con los brazos abiertos, con su encargado Niccolo muy atento a todas nuestras necesidades. Ya habíamos recuperado efectivos y Arnau se había recuperado en el calor de la camper y ya estaba apto para completar la formación de Noctem en Bolonia.
Antes del concierto, unas gestiones en el centro de Bolonia hicieron mi día algo diferente. Eso si un poco de aventura, ya que los datos de mi móvil les dieron por no aparecer y tuve que servirme de la ayuda del móvil de Alvaro, el bajista de Noctem, que nos salvó del apuro. ¿Cómo viajábamos antes de tener los sistemas de navegación? Ya ni nos acordamos de los mapas y de los planos de las ciudades.
Como bajó la temperatura en Bolonia en la noche. Por primera vez en la gira tuvimos que sacar los abrigos y protegernos del frio.
La pena del concierto fue la floja asistencia, ya que no se superó más de cuarenta personas y un poco la frialdad del público italiano con las bandas, mostrándose demasiado estático y un poco pasivos ante lo que ofrecían las bandas sobre el escenario, incluso cuando acabó Hate se hizo el silencio absoluto y nadie pidió ningún bis y eso que se habían salido y dieron otro show ritual de los más poderosos. En fín, en cada sitio se pueden vivir los conciertos de una forma diferente.
La sala seguía abierta, ya que el día siguiente era fiesta en Italia, pero por lo que se vio tampoco iba a ser muy concurrida.
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