El espacio exterior volvía a llamar a las puertas del planeta Tierra para hacer una nueva incursión de la mano de los extraterrestres de Gloryhammer, y al igual que la última vez, hace ya dos años, su base en Madrid fue la céntrica sala Mon, donde entre pitos y flautas se reunieron la nada desdeñable cantidad de quinientas personas, vamos, que fue una estupenda entrada.

Gloryhammer
Se decidió, supongo que las bandas, que los puestos de merchandising estarían separados, estando abajo el de Gloryhammer y en la planta de arriba el de las bandas invitadas. En ninguno de los puestos había nada a destacar. Es más, si me apuras, las camisetas de Gloryhammer y de Nekrogolikon, siendo light, no se puede decir que fueran bonitas, pero para gustos, los colores…
Con puntualidad se apagaron las luces y comenzó a sonar la intro de los italianos Wind Rose, a los que apenas les habían dejado espacio en el escenario, colocándose incluso la batería en una esquina. Había muchas ganas de ver a los italianos, pues en sus visitas anteriores, ambas abriendo para Ensiferum, habían dejado un buen sabor de boca, llegando incluso a salir mucho mejor paradas que las bandas que tenían por delante. En esta ocasión, rallaron a un nivel muy alto, diría que al mismo que los cabezas de cartel.
Sin ningún atavío en el escenario a nivel de telón ni ninguna otra parafernalia, el quinteto comandado por el fornido Francesco Cavalieri apareció vestido con sus trajes de la tierra media para aprovechar al máximo los treinta minutos de que disponían. Y vaya si lo hicieron. De nuevo me encantó ver que había un teclado de verdad, al mando del cual se encontraba Federico Meranda y es que en estos tiempos, casi se te saltan las lágrimas cuando ves que en el escenario aparecen todos los instrumentos que van a sonar.
Centraron su corta actuación en presentarnos temas de su nueva obra, Wintersaga, la cual además fue la primera en sonar, y ya desde el primer instante se hicieron con el público, un público por cierto que estaba deseoso de fiesta, y por supuesto, Wind Rose se la dio a la vez que un buen concierto. Sin perder el tiempo siguieron con sus enanos borrachos de la mano de Drunken dwarves con sus épicos coros. Las luces no se podía decir que fueran la bomba, ya se sabe… es la primera banda, aunque hubo demasiados intervalos de semi oscuridad, pero al menos el sonido fue bastante aceptable.
Dirigiéndose en español a la audiencia Cavalieri dijo claramente que “si queréis escuchar una canción de amor… a la puta calle” ante el jolgorio de todo el mundo, dedicando la siguiente canción, Mine, mine mine!, también incluida en su nuevo disco, a las féminas presentes. La gente no paraba y el buen hacer de los italianos hacía que la máquina siguiera bien engrasada.
La locura se desató totalmente con la versión de Diggy diggy hole, de The yogscast. Dudo que hubiera alguien que no estuviera saltando al ritmo de la canción. Falconcini a la guitarra y Bertocchi al bajo disfrutaban como el que más junto con el resto de la banda. Cabe destacar la interacción que tiene Cavalieri con el público, con el que no deja de hablar y mostrarse cercano, sin duda es un frontman de primera.
Tras la fiesta anterior, se pusieron relativamente más serios para afrontar su último tema de la noche, To Erebor, incluido en su anterior trabajo. Sin embargo, tan solo escuchar los primeros acordes te trasladaban a esa época en la que los enanos eran protagonistas. Diría incluso que tuvo la misma aceptación que la anterior y este además es un tema propio. Después, mientras sonaba We were Warriors grabada, la banda saludó y se despidió. Su media hora había pasado en apenas nada y sin inventar la rueda, teniendo muy claro lo que hacen, de nuevo habían sentado cátedra. Es la tercera vez que les veo aquí y cada vez lo hacen mejor, por lo que no entiendo su posición en el cartel, y mucho menos después de lo que siguió.
Set list Wind Rose:
Intro – Of iron and gold
- Wintersaga
- Drunken dwarves
- Mine mine mine!
- Diggy diggy hole
- To erebor
Outro – We were Warriors
El cambio fue rápido y en un cuarto de hora las luces volvieron a apagarse para que salieran los americanos Nekrogoblikon. Era la primera visita de la banda a nuestro país, y sinceramente, espero que sea la última. Hacía mucho, muchísimo tiempo, que no veía un despropósito tal de una banda sobre el escenario.
Con un telón arropando su escenario y compartiendo la batería que había utilizado Wind Rose, el sexteto, incluyendo también un teclista, Aaron Minich, comenzó su amalgama de estilos totalmente mezclados en todas las canciones con The many faces of Dr. Hubert Malbec, lo cual no tenía sentido ninguno. Y mucho menos cuando a los seis les acompañaba un Goblin o enano, en pijama literalmente, que no dejaba de dar brincos por todo el escenario durante toda la actuación. Contrastaba además la cuidada imagen que tenían Wind Rose con la de Nekrogoblikon, donde alguno de sus miembros parecían raperos. Que si, que el hábito no hace al monje, pero…
Su cantante, Nicky Calonne, conjugaba una mezcla de estilos sin ton ni son, ora gritando, ora cantando, ora guturales, ora… yo qué sé… Que si, que puede tener un sentido, pero no lo tenía. Aquello no tenía ni pies ni cabeza. Era como si cada uno de los músicos tocara por su cuenta sin que hubiera un pegamento que pudiera unirlos. El público se lo tomó más como la continuación de la fiesta, si bien marcando las distancias, pero sinceramente, mirándolo objetivamente, de fiesta tenía poco.
Por tiempo, hay fechas en esta gira en las que han tenido que recortar su setlist, lamentablemente esto no sucedió y hubo que aguantar sus nueve… ¿canciones?
Para Dressed as goblins su bajista Aaron «Zoot» VanZutphen tuvo un problema y abandonó el escenario incorporándose al final de la canción y ya empezar la siguiente con los siete en el escenario, pues al goblin no había quien lo echara. El esperpento siguió cuando el ska hizo su aparición en Dragons. Que vale, puedes mezclar cosas, pero no todo vale.
Basaron su set en su último trabajo, del cual aun quedaba por sonar la extraña The magic spider, que casi parecía la sintonía de serie de televisión. Se despidieron finalmente con Powercore terminando unos de los cuarenta y tres minutos más largos de mi vida. Nekrogoblikon fue un manchurrón en el cartel que habría quedado muy bien con Gloryhammer y Wind Rose.
Set list Nekrogoblikon:
- The many faces of Dr. Hubert Malbec
- No one survives
- We need a gimmick
- Darkness
- Dressed as goblins
- Dragons
- Nekrogoblikon
- The magic spider
- Powercore
Tras salir a la calle unos minutos para despejarme de lo que mis oídos acababan de sufrir, volví a la sala a la espera de que las naves espaciales abrieran sus compuertas. Un gran telón con la portada del nuevo disco de Gloryhammer cubría el escenario, liberándolo además de la batería de la esquina y destapando la de Ben Turk, la cual estaba iluminada en todos sus platos en tonos azules. Apuntar también que el “guerrero” que aparece en la portada del último disco, es con ligeras variaciones, muy pocas, una copia de Saurom el señor oscuro del señor de los anillos. De hecho, hay una figura que es prácticamente exacta.
Tom Jones, o mejor dicho su figura en cartón a tamaño real, hizo de maestro de ceremonias mientras sonaba Delilah a modo de introducción para llevarnos después a la verdadera introducción, durante la cual los miembros del grupo hicieron su aparición con sus particulares vestimentas, no olvidemos que Gloryhammer son los precursores del power “comic” metal por decirlo de alguna manera. Como Wind Rose, no engañan a nadie y tienen muy claro lo que hacen.
Venían presentando su disco editado el año pasado Legends from beyond the galactic terrorvortex en una gira europea de apenas veinte fechas, en las que a tenor de las noticias, han conseguido al menos diez sold out, lo cual no está nada mal.
Cada uno representando un papel empezaron su concierto con The siege on Dunkeld (In hoots we trust), durante la cual a mitad de tema se incorporó el teclista, de nuevo persona real, ole… En esta ocasión era el propio Christopher Bowes, algo que fue una novedad en contraste con su último concierto en Madrid, en el cual vino un sustituto. Había hambre de la banda entre la gente, pues al igual que con Wind Rose, la gente coreó todos y cada uno de los temas desde el primer momento. Público además, en el que había unos cuantos “armados” con martillos de juguete y gorros de unicornio.
Batería y teclado estaban colocados en una tarima superior dominando el escenario mientras que la parte inferior se la repartían James Cartwright al bajo, el guitarra Paul Templing, y por supuesto, su carismático vocalista Thomas Winkler. Entre los tres, el escenario se les quedaba pequeño, pues no paraban entre cañones de humo que no dejaban de hacer su aparición durante todo el show.
Armado con su ya tradicional martillo, Winkler, durante el tema homónimo de la banda tuvo su particular combate con un malvado goblin que pronto desapareció del escenario. El público no dejaba de corear el nombre de la banda tan solo con dos temas tocados. Winkler preguntó cómo se llamaba él, evidentemente, haciendo referencia a su personaje Angus McFife, que fue la siguiente canción en sonar, en la cual, los teclados de Bowes sonaban claramente, algo que sucedió durante toda la actuación.
Quedándose en ese disco del 2013, la locura invadió al personal con la estupenda Magic Dragon mientras el sonido general no era todo lo claro que se podía desear, no era malo, pero era mejorable. Habiendo llegado a textualmente “the land of the tapas” Winkler hizo el juego de palabras para introducirnos en The land of unicorns, de las más directas de la noche.
Antes de Questlords of inverness, Ride to the galactic fortress! Thomas Winkler regaló una camiseta a quien hiciera crowd surfing y les trajera una cerveza, no hubo ese crowd surfing, pero si que alguien del público voló a la barra y les trajo una mini de cerveza, obteniendo el premio prometido mientras Bowes daba cuenta de los primeros sorbos de la cerveza antes de afrontar el tema.
El escenario quedó vacío e instantes después, mientras sonaba la intro I am a real hootsman, apareció el bajista James Cartwright ondeando una bandera del “reino de California” al tiempo que jugaba con el público con una variante del típico oe oe. También presentó el tema, que no fue el que mejor le quedó a Winkler, soltando un soberano gallo al final del mismo.
Hicieron su primera incursión en su disco Space 1992: Rise of the chaos wizards con Goblin King of the darkstorm Galaxy y Legend of the astral hammer, en las que globin y martillo hicieron su aparición. El segundo de estos temas fue uno de los más coreados con un público muy participativo. Paul Templing, el guitarra, se hizo con el micrófono para, al igual que hizo anteriormente el bajista, jugar con el público y presentar Master of the Galaxy, con el propio guitarra y el teclista haciendo los coros, algo que sucedió durante todo el concierto. Este tema, aunque gustó, pierde un poco la esencia de Gloryhammer al sonarme bastante a Sabaton. Esperemos que sea una excepción en sus temas.
Winkler – Angus Mc Fife anunció que el concierto llega al final y para despedirse siguió con una nueva, Hootsforce, de nuevo con fiesta en el público. El escenario quedó desnudo de nuevo al tiempo que la gente no dejaba de corear el nombre de la banda, que no se hizo de rogar, y de nuevo sonando otra intro grabada, volvieron a escena con la novedad de que Bowes en su teclado estaba totalmente disfrazado incluyendo una máscara.
Los bises se quedaron para interpretar temas de sus dos primeros discos, destacando Universe on fire y sobre todo The unicorn invasion on Dundee, uno de sus grandes temas estrella en el que Winkler “luchó” contra Bowes martillo en mano mientras toda la sala saltaba.
El concierto llegó a su fin con toda la banda frente al escenario sonando outro de despedida, a la que se unió el Rockin’ all over the world de Status Quo. La gente, sobre el papel, no parece apostar mucho por esta banda, pero está claro que cada vez que vienen, convocan a más gente. Algo tendrán, y más cuando sus conciertos el público se lo pasa tan bien. Su power, sin ser novedoso, tiene cierta frescura y a la gente no cabe duda que le gustan. Seguro que volverán, méritos hacen para ello, pero por favor, que escojan bien el cartel.
Set list Gloryhammer:
Intro – Into the terrorvortex of Kor-Virliath
- The siege of Dunkeld (In hoots we trust)
- Gloryhammer
- Angus McFife
- Magic dragón
- The land of unicorns
- Questlords of inverness, Ride to the galactic fortress!
Intro – I am a real hootsman
- The Hollywood hootsman
- Goblin King of the darkstorm Galaxy
- Legend of the astral hammer
- Masters of the Galaxy
- Hootsforce
Bises:
Intro – Infernus ad Astra
- Rise of the chaos wizards
- Universe on fire
- The unicorn invasion on dundee
Outro – The national anthem of Unst
Cronica y Fotos: Fernando Leal Vielsa
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