En pleno barrio de Malasaña, en Madrid, en la luminosa noche del sábado 4 de Octubre de 2014, 4 grupos, cual jinetes del apocalipsis, trajeron la oscuridad, la furia, la risa y la música al moderno barrio madrileño. Con Inmute a la cabeza, acompañados de Fostioner, Thybreath y Mindhunter, las hordas metaleras invadieron las plácidas tablas de la sala Taboo.
Con algo de retraso, Mindhunter, una constante en esta sala, los primeros en salir al escenario fueron una pequeña troupé de bardos e itinerantes, que con la sala presentando una entrada muy buena, no deleitaron con varias versiones. Curiosa como poco fue la elección de los temas a versionar, conscientes de que quienes les seguían tenían más pasos en el camino, arriesgaron en demasía. Con un público expectante, callado y sosegado, en exceso, dieron un concierto correcto, pero que en algunos parajes no convencieron. La versión de The Cranberries, de su tema “Zombie”, fue demasiado arriesgada. La voz de la vocalista original es demasiado especial, demasiado auténtica para querer versionarla, y más aún con guturales. Quien no arriesga no gana, es una frase muy sabia, pero tocar posteriormente “Toxicity” de SOAD, fue una manera de demostrar ganas, valentía y a la vez poca sapiencia. El público fue benévolo con los jóvenes valientes, regalándoles unos aplausos por la actitud, pero no por la representación. Eso sí, hay que destacar que no fueron malos, simplemente arriesgados, y no les salió demasiado bien, pues el sonido tampoco les ayudó, estando todos los instrumentos demasiado altos, y sonando atropellados en algunos momentos. Buena actitud, lo que siempre es loable.
La noche avanzaba lenta, y con una tardanza exasperante, salieron a escena Fostioner. Como toda buena actuación, lo primero que tienes que hacer es captar la atención de tu público. Y eso fue lo que hicieron, saliendo dos “deportistas” a hacer calentamiento, con pesas, sobre el escenario. Ante el desconcierto de los asistentes, tras un breve “spinning”, salió el grupo, ataviados con ropa de deportista de gimnasio, y empezaron su descabellante concierto. Heavy Metal Torrentiano. Puro, directo, llano. Si cogiéramos a los Mojinos Escozíos, les enseñásemos a tocar los instrumentos y les quitáramos la mitad de años de encima, serían Fostioner.
Su concierto tuvo tres momentos claves, tres momentos en que el lugar fue una fiesta, en que las risas, el buen rollo y la curiosidad embriagaban el ambiente. El primer momento fue la interpretación de “Chandal Defenders”, clara explicación de su atuendo, pelotas de goma a modo de “huevos”, marcando paquete y con clara sorna hacia la obsesión por cuerpos esculturales de nuestra sociedad, enferma y encinta de superficialidades cotidianas.
El segundo fue cuando “Unta el hocico” fue anunciada y no tocada, atribuyéndolo a la condición mental de los miembros de la banda. Tanto ese momento como el momento de la canción anunciada, que al final sí fue interpretada, fueron muy graciosos. Con risas intensas y carcajadas entre los asistentes, pero respondiendo con timidez a la invitación a “untar el hocico”, alegoría a placeres que todo hombre debería conceder.
Y el tercero fue el más descabellado de todos, cuando tocaron “Spaceship Bukkake”, con un Predator pelando zanahorias, metáfora vegana. Fue un momento donde toda cordura quedó fuera del lugar, y donde las risas se expandieron entre el público. Para el final dejaron el desastre sonoro de cambiarse los instrumentos, con un nefasto e hilarante sólo de batería, con algo que parecía ser “Wonderful World”, de Louis Amstrong. Sin duda un concierto muy gracioso, simple y directo.
Después de la gracia sonora y puesta en escena de Fostioner, llegó la seriedad musical, de la mano de Thybreath. Hacía tiempo que tenía ganas de presenciar lo que esta banda tenía que ofrecer en directo, pues sus grabaciones tenían muy buena pinta. Y vaya si fue un buen concierto, completo, dedicado y técnicamente de un nivel muy alto, pero con claras lagunas. Se mueven en un sonido noventero, en la rama de Machine Head, y eso, para mis gustos musicales, es de sabroso paladar.
Coquetean por momentos con una música más estilo Metallica, pero la voz, para mi punto de vista, falló. El vocalista es nuevo, y así lo presentaron, y cuando cantaba en gutural se acercaba al convencimiento, pero a la hora de interpretar pasajes más melódicos, tanto el acento como el tono vocal, no iban acorde con la música del grupo.
En varios temas se notó, pero especialmente «Ego», un tema que me recordó a Sepultura, , donde la banda sonó espectacular, pero donde el vocalista iba a otro ritmo. No fue un mal concierto, pero la verdad es que aún hay mucho trabajo que hacer con la nueva voz hasta que suenen harmoniosos. Entre sus canciones cayeron » Blood in Your Eyes», «Shadows» o «Shots».
Los cabezas de cartel de la noche fueron los siguientes en salir al escenario, ganadores absolutos del Wacken Open Air: Metal Battle. Las influencias de Arch Enemy se notan en los valencianos, donde Estefanía es el alma matter del grupo, donde lleva todo el peso y donde comulga furia con sensualidad y dulzura.
Me explico. Su voz es furiosa, desgarrada, infernal, llena de ira, rabia y desgarro visceral. Su cuerpo se mueve al son de la música, sin perder la sensualidad femenina en sus brazos, manos, gestos de cintura, bailes frenéticos que se muestras tenues en la harmonía de sus movimientos. Pero su mirada, su rostro, su sonrisa y sus ojos transmiten dulzura, ternura y sensibilidad, se nota que vive la música desde el corazón, desde la mente y desde el cuerpo físico. Transpira música, respira sonidos y canta sentimientos.
El sonido de la sala acompañó a la banda, y en rojo sangre interpretaron temas propios y versiones que harían palidecer a sus dueños.”Imperium” de Machine Head fue fiel y contundente, con la invitación del vocalista de Thybreath, que a dueto dieron buena cuenta de esa obra maestra del Heavy Metal de finales del milenio pasado.
Para mi sorpresa, “Vacuity” de Gojira, también cayó. Sin duda su victoria en tierras teutonas no fue una casualidad, más bien una causalidad, donde el trabajo, la fuerza y la entrega sobre el escenario, les dieron la tan merecida victoria. Una victoria que desde lo más profundo de mi ser espero les sirva para no parar de crecer, para no parar de dar conciertos y para no dejar de darnos la sensación eterna de que en España hay muy buenas bandas que tienen que sobrevivir a duras penas mientras otras viven del cuento y de glorias pasadas.
Gran noche, que terminó demasiado pronto a causa de los retrasos de apertura de puertas y de inicio de los conciertos, con lo que por motivos de fuerza mayor y carrera al transporte público, tuve que perderme el final de fiesta.
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Crónica y fotos: yalinku@metaltrip.com
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