Se está cerrando el año, y aunque aún quedan bastantes conciertos para ello, una de las perlas era la venida de los alemanes Iron Savior. Lástima que no tuviera la acogida que realmente merecían y apenas un centenar de personas, quizá algo menos, nos reunimos en la sala Silikona.
Hubo un ligero retraso en la apertura de puertas, y mientras, se terminaba de montar el merchandising, por cierto, bastante pobre en la parte de Iron Savior con únicamente una camiseta como producto a la venta, en contraposición a Dragonhammer y a Aquelarre, que sí que tenían una oferta más variada con sus discografías y otros productos, eso si, los tres grupos con precios bastante módicos.
Mirando el pequeño escenario de la sala, se veía un teclado, es decir, que a priori, se podía respirar tranquilo en cuanto a este instrumento, lo cual, visto cómo está el panorama hoy en día, es de agradecer.
Pasados veinticinco minutos de las ocho de la tarde, y precedidos por una intro, los gallegos Aquelarre, concretamente de Vigo, subían al monocromático escenario al tiempo que este se iba llenando de humo. Y digo monocromático porque el “técnico” de luces decidió que el rojo iba a ser el tono predominante en la noche, alguna vez se equivocó de botón y las luces cambiaron al azul o al verde, pero todo con luz fija quitándole el punto que le da la iluminación a un concierto.
Aquelarre no es un grupo que vaya a lo fácil. No se limitan a tres acordes, teniendo una buena variedad de registros. El sexteto ya lleva publicados tres trabajos y en cada uno de ellos va subiendo el nivel llevando siempre en ellos a Galicia por bandera, sobre todo en el último Suevia.
Con esas premisas, y con su logo reflejado en la pantalla de la sala, arrancaron su concierto con Jakobsland, no apreciándose con bastante claridad los instrumentos, del mismo modo que sucedía con la voz de Icko Viqueira, que prácticamente era inaudible. Entre eso y el humo en el escenario, aquel primer tema sonó como un revoltijo que no se apreció muy bien.
Enlazaron con Arcilla y mármol, de su anterior trabajo Tempo mientras el sonido se iba equilibrando para bien. Tras saludar a los presentes, Icko Viqueira puso énfasis en su nuevo trabajo al presentar Aunque duela recordar con un gran trabajo de sus guitarras Ramón Viqueira y Cristobal Otero en el que se pueden apreciar diferentes matices. Llegó el momento del tema en el que en su día Jose Andrea colaboró con la banda, El mismo pecado, con una melodía a base de guitarra y el teclado de Christian Marco sobresaliente que el público supo apreciar.
La cruda Heroína puso el punto crítico a la noche, tema en el que al final se presentó a la banda. La más melódica de su set, con un gran trabajo de Christian Marco fue Guardián en la que el público si que cantó junto a la banda los coros al tiempo que seguía la melodía.
La canción Aurora, que habla de quién reconquistó Vigo, como los propios Aquelarre dicen, resume todos los estilos que tocan, pero bien conjuntados, nada tocado sin pies ni cabeza. El único diagnóstico oficial de licantropía que está registrado queda bien expuesto en Romasanta con inicio gutural por parte de Icko y del que por cierto, hay un videoclip grabado. El concierto llegaba a su fin con Suevia, con la base rítmica más contundente de su show al tiempo que sus guitarras bajaban del escenario protagonizando un particular duelo guitarrero alrededor del público al tiempo que Icko enarbolaba una bandera con el escudo de la portada de su nuevo trabajo y dos bengalas a modo de pirotecnia se elevaban hasta casi al techo. No hay duda que lo había echado todo a nivel de medios técnicos.
Buen concierto de la banda en sus cincuenta y cinco minutos de tiempo y así lo apreció el público, si bien es cierto que, y esto es una perogrullada, sin conocer los temas es más difícil disfrutar de ellos. Pero cuando un grupo despliega tantos matices en temas que además son complejos, sin ser canciones de “coro fácil”, bien es cierto que lo tienen más difícil.
Set list Aquelarre:
- Jakobsland
- Arcilla y mármol
- Aunque duela recordar
- El mismo pecado
- Heroína
- Guardián
- Aurora
- Romasanta
- Suevia
El cambio fue rápido y en quince minutos la pantalla cambió para acoger el logo de los italianos Dragonhammer. Y la verdad… en buena hora…
Y digo esto porque a primera vista, el único cambio no fue el logo de la pantalla, ni por supuesto las luces, que continuaron en un absurdo y fijo tono azul. El cambio principal fue que el teclado desapareció del escenario, y en un grupo como Dragonhammer, digamos que ese instrumento es un “poquito” imprescindible.
Mal empezábamos, y mucho más cuando, sin intro ni nada, el primer tema que sonó fue The eye of the storm, en cuyo inicio hay un solo de teclado que se lanzó desde la mesa. Es decir, que íbamos a ver un directo que no iba a ser tan directo. Pero la guinda iba a ser la actitud de la banda. Perdón. Rectifico. La actitud de su vocalista Luca Micioni, pues por parte de los instrumentistas, no se puede poner pega alguna, pero la desgana de Micioni era más que palpable desde el segundo cero. Al parecer habían tenido un viaje muy largo y apenas habían tenido tiempo para descansar (de hecho, estaban durmiendo al fondo de la sala, tela…). Pero si el bajista Gae Amodio y el resto de sus compañeros estuvieron al pie del cañón, qué menos que el frontman de la banda también lo estuviera.
Ya con estos mimbres, no podía esperar mucho de su actuación y el paso de los minutos no hizo más que confirmármelo. Y todo ello con una discografía que no está mal, incluso con un último álbum, de hace ya dos años, que es incluso notable dentro del género Power Metal que practican.
Con apatía total el cantante anunció que venían de Italia y presentó la siguiente canción, Seek in the sky, que pasó sin pena ni gloria. De nuevo con los teclados lanzados desde la mesa de sonido llegó el turno de Fighting the beast, la cual la salvaron tanto Amodio como los guitarras Flavio Cicconi y Alessandro Mancini. Una de las mejores de su último disco sino la mejor, es Under vatican’s ground, pero lo que se vio en directo comparado con la versión de estudio estuvo a años luz y no precisamente para bien, aún así, se llevaron con esta su primera ovación.
La épica llegó con Legend de su primer disco, sin embargo, la falta de pasión vocalmente hablando le quitó toda la gracia, y mira que la canción está bien, pero…. La cosa mejoró con Children of the sun y Micioni pareció despertar para Obscurity, pero claro, ya era la séptima canción de la noche. Gae Amodio estuvo en los coros, aunque lamentablemente se oían poco.
La mezcla entre Helloween y Hamerfall de Blood in the sky les quedó bastante bien y fue diría que la mejor acogida, despidiéndose con la canción Dragonhammer tras presentar a la banda.
Poco más de tres cuartos de hora perfectamente olvidables que únicamente mejoraron en su recta final. En cualquier caso, todos estos grupos que se “ahorran” instrumentos en directo (Powerwolf, Beast In Black, etc..), no me van a convencer en la vida. Y que haya gente que digan que algunos de los nombrados son el futuro… Pues que negro se pinta.
Set list Dragonhammer:
- The eye of the storm
- Seek in the ice
- Fighting the beast
- Under Vatican’s ground
- Legend
- Children of the sun
- Obscurity
- Blood in the sky
- Dragonhammer
Ni un cuarto de hora tuvimos que esperar para ver a los cabezas de cartel, los alemanes Iron Savior. Unos Iron Savior, que si no recuerdo mal, la última y única vez que tocaron en Madrid fue abriendo para los también alemanes Grave Digger allá por el año 2000. Es cierto que han tocado más veces en España, pero, insisto, si mal no recuerdo, no en Madrid. Y no es precisamente una banda que se haya quedado parada cuando nacieron bajo el amparo de Kai Hansen, pues tienen más de una decena de trabajos en estudio en el mercado, el último, Kill or get killed, editado este mismo año. Además, su concierto prometía, pues en el set list programado aparecían 17 temas, lo cual no estaba nada mal. Otra cosa sería la realidad.
Al igual que Aquelarre y Dragonhammer, Iron Savior también utilizó su logo como atrezzo de su escenario y también unas paupérrimas luces que esta vez tuvieron algo de movimiento. Así, y sin intro de por medio, arrancaron directamente con su canción Way of the Blade, llevándose en este primer toque la primera ovación de un público que estaba más que entregado con los de Piet Sielck. A pesar de presentar nuevo disco, continuaron con Starlight de su disco The Landing, y no fue hasta la siguiente, tras un pequeño problema técnico con la batería, cuando tocaron su primera nueva canción, Roaring Thunder, que es bastante cruda. Siguieron con el tema que da título al nuevo disco Kill or get killed, la cual fue interrumpida al poco de empezar pues se habían equivocado y decidieron empezarla de nuevo… no todos lo hacen. Hay que apuntar que el bajista Jan S Eckert iba colocando en el suelo partituras “manuales” en el suelo a modo de ayuda para algunos de los temas, como pasó en estas dos.
Heavy metal sin florituras con Gunsmoke con la ayuda del bajista en los coros. El concierto hasta el momento estaba bastante bien, aunque lo hacían poco dinámico, pues Piet Sielck tiene el inconveniente de que suda a mares y el hombre se secaba entre canción y canción ante las burlas del bajista, si bien, todo de buen rollo. Tema hecho para el directo es Stand up and Fight, respondiendo el público como era de esperar con los coros tanto del bajista como del guitarra Joachim «Piesel» Küstner, al que hemos podido ver muchas veces como técnico de guitarra muchas bandas alemanas como Helloween, Grave Digger, Accept y otras más.
Se bajó un poco el pistón con Beyond the horizon tanto en el público como en la banda, llegando después el turno de, según Sielck, una canción para bailar, Never stop believing. Una de las grandes canciones de su set fue Hall of the héroes, la favorita de Piet Sielck de su disco The landing. Continuando con ese disco, llegó la más directa The savior y a continuación Heavy metal never dies, que la verdad, se hizo un tanto cansina por la bobada esa que tienen algunas bandas de alargar los coros hasta la saciedad, añadiendo además que Sielck decidió dividir la sala en izquierda y derecha… ahí se perdió un tema más que pudieron tocar.
En vista de que el tiempo se les echaba encima y según el set list les faltaban bastantes por tocar, anunciaron que únicamente tocarían tres temas más, y todo ello tras haber tenido el cuajo de perder un montón de tiempo en la anterior. Que si, que estaba siendo divertido y lo estaban haciendo bien, pero lo que no es, no es. Así, siguieron con Legends of Glory y la gran Break the curse, que a la postre, fue la que mejor les quedó en directo. Como única reseña de su primer disco tocaron Atlantes Falling, despidiéndose definitivamente con… Breaking The Law… si, la versión de Judas… ¿en serio?
De los diecisiete temas previstos, tocaron catorce más una versión, y perdieron tiempo como para tocar al menos dos canciones más. Alguno dirá, bueno, culpa del promotor… pues no… los únicos culpables son las bandas, y si hay que recortar temas, que se recorte a los teloneros, no al cabeza de cartel. Aún así estuvieron hora y media en el escenario y no lo hicieron mal, todo lo contrario, pero yo me fui con algo de sabor agridulce. Esperemos que la próxima vez no tarden 19 años en volver y puedan tocar su set completo.
Set list Iron Savior:
- Way of the Blade
- Starlight
- Roaring thunder
- Kill or get killed
- Gunsmoke
- Stand up and fight
- Beyond the horizon
- Never stop believing
- Hall of the heroes
- The savior
- Heavy metal never dies
- Legends of glory
- Break the curse
- Atlantis falling
- Breaking the law
Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
1 comentario
JaviMetal
Por lo que leo en la crónica (muy buena, por cierto), el concierto que dieron los Dragonhammer en Madrid fue muy distinto a lo que pudimos ver en Valencia, sobre todo en lo relativo a su cantante. Aquí, además de cantar bastante bien, estuvo hiperactivo y comunicativo desde el primer momento, compaginó muy bien todas sus funciones como frontman. Pero es muy probable que lo que comentas sobre el viaje incidiera bastante en su actuación allí. Un saludo.