Increíble. No se me ocurre otra forma de comenzar la crónica del concierto que realizo Joe Satriani en la clausura de la edición de este año del Festival de la Guitarra de Córdoba. La mejor forma de terminar dos semanas donde la música y la guitarra son las grandes protagonistas, en todas sus variantes y estilos.
Nombres como Pat Metheny, David Russell o Mike Stern entre otros han llenado de música la ciudad andaluza y el pasado sábado tuvimos la guinda con el grandísimo Joe Satriani.
El lugar elegido era el Teatro de la Axerquia, un lugar perfecto para un concierto, ya que siendo la primera vez que lo visitaba me di cuenta de que está hecho para que suene perfecto te pongas donde te pongas. Además, está preparado para poder ver los conciertos tanto de pie como sentado, y además, al tener forma de anfiteatro se ve el escenario claramente desde cualquier lugar.
La noche además era perfecta con un tiempo genial para disfrutar de la buena música y ante esto solo cabe esperar lo que ocurrió, un lleno total del teatro y sus 3000 localidades ocupadas.
Oli Brown & The Raven Eye
Tengo que ser sincero y confesar que no sabía absolutamente nada de este trio de Rock, que fueron los encargados de abrir la noche. Y la verdad es que fue un total acierto, y una muy grata sorpresa. Para hacernos una idea, son tres tipos, Oli Brown, a la guitarra y voz, junto a su banda The Raven Eye, que son Kev Hickman y Sam Weston al bajo y la batería, y lo que hacen es Rock, sin más.
No hicieron demasiadas florituras, más bien sonaron sobre todo muy compactos, mezclando canciones algo más comerciales y melódicas con algunas más rockeras y crudas. La verdad es que tal como salieron comenzaron a tocar y casi no pararon entre tema y tema. No tuvieron demasiado tiempo, algo más de 40 minutos, pero los aprovecharon muy bien.
Como músicos demostraron tener mucho talento y por supuesto mucho ensayo, claro, y cualquier aficionado a la buena música disfruto de los temas, además de un saber estar en el escenario, que para ser tres, más bien parecían diez.
Su música podía ser Rock americano en algunos temas, de este de la vieja escuela, al estilo Ted Nugent, o en el siguiente pasar a un sonido más moderno, con estribillos más pegadizos e incluso en algunos temas se acercaban bastante al Hard Rock melódico.
Pero sobre todo me quedo con lo bien que se lo pasaron sobre el escenario y por consiguiente lo bien que nos lo hicieron pasar a nosotros. Como detalle a destacar y que además comentamos entre algunos fue el buen hacer del batería, que además no paro de mover la cabeza durante el show y le daba a los tambores, que raro es que no rompa alguno de vez en cuando.
En definitiva, una buena manera de comenzar la noche y de calentar al público para el plato fuerte, que a fin de cuentas era a quien veníamos a ver. Desgraciadamente no tenemos el setlist del concierto.
Joe Satriani
Con una puntualidad casi británica, a la hora señalada y sin introducción alguna, saltaron al escenario Joe Satriani y la banda que le acompaña desde hace ya algunos meses, una banda de lujo, de la cual hablaremos puntualmente.
Comenzaron con un tema del nuevo álbum, “Unstoppable momentum”, “Jumpin´in”. Es cierto que dicen que este nuevo álbum del guitarrista no es un gran disco, pero claro, está en la gira de presentación del mismo, y cayeron ocho canciones. Por otro lado, como suele pasar en muchas ocasiones, una vez escuchas los temas en directo, estos adquieren la verdadera naturaleza que tienen y si además ves la forma de interpretarlas de Satriani, ves la técnica que atesora en sus manos, y para darse cuenta de esto no hace falta ser músico o tocar la guitarra, basta con tener ojos en la cara.
Tras el segundo tema “Devil´s slide” de su álbum del 2000 “Engines of creation”, llego el primer momento álgido de la noche con “Flying in a blue dream”, uno de sus primeros éxitos y un tema que a pesar de sus 25 años todavía es capaz de hacernos viajar.
Hasta ese momento las miradas eran exclusivas para el astro de la guitarra, pero nos fuimos percatando que estaba acompañado en el escenario y muy bien por cierto. Sobre todo por un señor, que en los primeros temas estaba detrás del teclado, pero que con la canción que da nombre a su nuevo álbum, se acercó al centro del escenario con una guitarra. Mike Keneally, que parecía que lo habían sacado de una cabaña en un bosque, enfundado en una camisa a cuadros y con gorra verde, demostró porque estaba ahí, marcándose un duelo de guitarras con Satriani que desemboco en la primera gran ovación del público. Increíble. Lo repitieron en más de una ocasión, para deleite de los que estábamos allí.
“The weight of the world” continuaba con la presentación de su nuevo álbum y aunque bajo un poco la intensidad, tampoco fue para alarmarse, que con “Ice 9” volvíamos arriba con un clásico más. Y para clásico la siguiente “The crush of love” de aquel “Dreaming #11” del año 88. Este fue uno de los temas en el que el resto de la banda se quedaba en las sombras y dejaba a Satriani en solitario iluminado con un foco, interpretar el tema en una imagen algo más íntima.
Por cierto, que en la mayoría de temas, se iban proyectando imágenes en un pantalla en el fondo del escenario, que la verdad, en ocasiones era algo extraño, pero en algunas la verdad es que clavaban el sentido de la canción y quedaban de lujo.
Mientras los temas iban cayendo, seguíamos fijándonos en la formación que teníamos en el escenario, en concreto el bajista Brian Beller, que en todo momento fue el perfecto acompañante de Satriani, ocupando parte del escenario, pero sin ser demasiado protagonista, animando a la gente, dejando sitio cuando Keneally abandonaba el teclado y bajaba con su guitarra y poniéndose en un segundo plano cuando el jefe cogía el centro del escenario para lucirse. Y por supuesto es una pasada de bajista como bien demostró durante todo el concierto, algo evidente, lo raro seria que fuera del montón, ¿verdad?
Una nueva tanda de nuevas canciones, “I´ll put a Stone in your cailm”, “A door into summer” y “Lies and truths” nos hicieron tomar algo de aire. Pero es curioso, que aunque no conocíamos tanto estos temas, si te parabas a observar a Satriani con calma y como los interpretaba, era evidente la extremada complejidad de la interpretación y como lo hacía como si nada, espectacular.
La siguiente no podía faltar, claro, “Satch boogie” nos hizo casi levantarnos, que ganas no faltaban, y disfrutar del tema, porque ya se podían haber comido algo la cabeza con las imágenes, ya que se limitaron a poner el video del tema. Si, antiguo, de hecho en el aparece Satriani con pelo, je je je. Tampoco es que se cargara el tema, para nada, que sonó de escándalo y lo disfrutamos a lo grande.
Con “Shine on American dreamer” y “Three sheets to the wind”, de lo mejor del nuevo disco, terminaba la presentación de este y entrabamos en la parte final, con varios grandes clásicos y uno de los mejores momentos de la noche, en mi opinión.
Comenzó este bloque con “Crying” del álbum “The extremist” para dar paso al momento del último miembro de la banda del cual no había hablado, Marco Minneman, que se marcó un solo de batería de estos que se te quedan grabados, en el cual hizo de todo, y demostró ser uno de los baterías más en forma de la actualidad. Una autentica pasada. Por supuesto, algo que ya había demostrado durante el concierto, pero este fue su momento y lo aprovecho como debía ser. Un pasote.
“Time machine” devolvió al resto de la banda al escenario, para encarar el final del show. Momento emotivo con esa balada instrumental “Always with me, always with you” que es una auténtica pasada, y que a algunos nos traen grandes y bonitos recuerdos. Y por supuesto no podía faltar ese cañonazo que es “Surfing with the alien”, donde ya casi no pudimos mantenernos sentados (los que estábamos, claro). Me gustaría hacer un pequeño apunte sobre la interpretación de los temas y es que temas como este, que abre escuchado muchísimas veces, pues sonaban distintos, que no peor, como adaptados a la actualidad. No es que pase en todos los temas antiguos, pero es evidente que en los años 80 pues el señor Satriani tampoco es que se comiera mucho la cabeza por componer grandes baterías, por ejemplo, o teclados, pero ahora en directo es cuando puede adaptar y completar una serie de temas, que sin sonar mal en su original, pueden sonar aún mejor con algún que otro arreglo.
Tras el gran éxito del guitarrista, la banda se despidió por primera vez entre grandes ovaciones y aplausos. Y la verdad es que no se hicieron mucho de rogar para volver a salir. Que mejor tema para encarar los bises que “Crowd chant”, donde la guitarra invita al público a corear, algo que a estas alturas siempre es bien recibido.
Y para terminar la noche, pues qué mejor que el tema con el que suele cerrar sus conciertos y que por supuesto es otro gran clásico, “Summer song”. Alargando el final de la canción varios minutos con un solo estratosférico, Joe Satriani y su banda, se despidieron de Córdoba y del público, con muestras evidentes de habérselo pasado genial. Una gran noche, de esas que siempre puedes recordar y contar a hijos, nietos, amigos y lo que haga falta.
No quisiera acabar sin dejar de agradecer a la organización del festival y en concreto a su jefe de prensa David Val, por facilitarnos a la prensa tanto las cosas. Así da gusto. Gracias por facilitarnos las fotos a los medios que no pudimos acceder al foso, por motivos evidentes de overbooking, y que acompañan a esta crónica. Y por supuesto, espero volver el año que viene a este festival en la noche dedicada al rock, que estoy seguro que volverá a contar con un grandísimo show.
El setlist de Joe Satriani fue:
1 – Jumpin’ In
2 – Devil’s Slide
3 – Flying in a Blue Dream
4 – Unstoppable Momentum
5 – The Weight of the World
6 – Ice 9
7 – The Crush of Love
8 – I’ll Put a Stone on Your Cairn
9 – A Door into Summer
10 – Lies and Truths
11 – Satch Boogie
12 – Shine On American Dreamer
13 – Three Sheets to the Wind
14 – Cryin’
15 – Solo de bateria
16 – Time Machine
17 – Always with Me, Always with You
18 – Surfing with the Alien
Bises:
19 – Crowd Chant
20 – Summer Song
- Crónica: augusto@metaltrip.com
- Fotos: Festival de la Guitarra de Córdoba
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