Un concierto más al que acudíamos. Esta vez no era un concierto de Metal, pero hay que ampliar las miras y nos decidimos a asistir a la Sala Rockville para ver a los madrileños Kinnia en su concierto de presentación de su segundo disco de estudio “Drink For The Fallen”.
Un aforo reducido en la Sala cumpliendo con las normas, con un público que se agolpo en su mayoría en las proximidades del escenario, guardando las distancias de seguridad y con todo el mundo con mascarilla. Pero si una cosa tiene buena la Sala Rockville es su comodidad y amplitud en las gradas laterales, que permiten una mejor visión del escenario.
Kinnia habían decorado el escenario con motivos florales, muy ambientado para vivir un concierto de música celta, donde no habría guitarras eléctricas o unas baterías enormes como estamos acostumbrados.
Puntuales a la hora marcada por la organización, los seis Kinnia se repartieron por el escenario y arrancaron su show con una de sus canciones nuevas, “The Road”, con una melodía animada a ritmo del violín de Jezabel y la dulzura de las flautas de Jose Luis Frías que ponía las notas de color musical. La poderosa presencia y gran voz de Pablo Marchante se apoderó rápidamente del sonido en la Sala. Gato Bardo se fue dejando las manos con la percusión, más discreto, pero efectivo a la guitarra acústica Jorge Escudero y al bajo, contaron con la colaboración de Alberto Muñoz López, en un discreto segundo plano.
Desde los primeros acordes de “The Road” empezaron a sonar las palmas y los coros de un público que quiere fiesta y la música de Kinnia es muy apropiada para la fiesta. Me sigue sorprendiendo como aguantamos en las sillas durante el concierto y solo en momentos puntuales algun@s más osados se levantaron a bailar, como nos pedía el cuerpo. De seguido, sin parar su versión de la conocida canción tradicional irlandesa “The Raggle Taggle Gypsy”, que han inmortalizado grupos como The Waterboys o Carlos Ñuñez y que se ganó al público madrileño en la Sala Rockville.
Un arranque fuerte y era la primera vez que Pablo se dirigía al público, presentando a la banda y su nuevo álbum de estudio, con la complicidad de la gente desde un primer momento.
Presentaba una nueva canción “Grace O’Malley”, más pausada e íntima con una melodía más pausada y que variaba el ritmo del concierto, pero que subía más enteros la calidad.
El peso del show lo lleva Pablo, con Jezabel Martínez y Jose Luís Frías secundándole, pero cediendo todo protagonismo a la poderosa voz del vocalista. “The Tower” era el siguiente tema que íbamos a escuchar, con melodía con un toque oriental y algo diferente.
Hubo momentos para pausas instrumentales, con los músicos mostrando su buen hacer y mostrando sus influencias musicales.
Después de esta “pausa” instrumental, era momento de jugar, tal como Pablo requería desde el escenario con su versión de “Star of the County Down” de The Irish Rovers, con la invitación para cantar el estribillo y los coros con la banda.
Pablo presentaba la bonita e íntima «Wings of Liberty», canción de la que publicaron un video el pasado mes de mayo y que han incluido en el nuevo disco, donde si echamos en falta una sala llena para que la magia que emana de la canción hubiera sido un momento único y que anticipo a “Gambling With The Dwarves”, mucho más festiva y dinámica, que logro levantar a más de una de sus sillas.
Una breve pausa, que hacía falta y era momento de más versiones, como la de los alemanes Santiano, la mágica “The Fiddler On The Deck”, que ya publicaron en video durante el pasado confinamiento y la versión de “The Islander” de los Nightwish, un tanto descafeinada y que fue la que menos contagió de su concierto.
Solventado un problema rápido con la flauta, volvían a las canciones nuevas con la más típica de Kinnia y con influencia irlandesa, con jota zamorana, como comentó Pablo, el tema “Step It Out Mary”. Era momento, de “Hypocras!”, un nuevo corte instrumental, en el que Pablo fue aprovechando para ir presentando a sus compañeros en Kinnia en el concierto.
El concierto se iba acercando al final, todo transcurría muy rápido y dinámico y así avisaba el cantante en varias ocasiones. Más momentos para cantar con la banda y seguir “bailando” desde nuestras sillas, con simpáticos guiños a Raphael, El Fary antes de que interpretasen su single “Drink For The Fallen”, tema que da nombre a su nuevo lanzamiento, un tema dinámico y que engancha y que volvió a subir la temperatura en la Sala Rockville.
Más versiones y un tema instrumental hasta llegar al final anunciado, con la tabernera versión de “Drunken Sailor” de Kinnia, muy apropiada para el set de los madrileños y para cerrar un show de Folk Celta.
Muy corto se nos hizo el concierto de Kinnia en la Sala Rockville, pero las medidas sanitarias mandan. Un concierto de Folk variado, con una banda perfectamente engrasada de buenos músicos al servicio de Kinnia, con material propio y alguna versión, grandes músicos a nivel individual, que saben plasmarlo en un grupo que logra su cometido, entretener y divertir en estos tiempos tan convulsos que estamos viviendo. Lo pasamos en grande y tuvimos que hacer serios esfuerzos por mantenernos en las sillas sentados.
- Crónica y fotos: olga@metaltrip.com
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