El jueves día 28 Julio tuvimos una cita infaltable en la madrileña sala arena con unas de las bandas más infravaloradas del metal, los grandísimos Ministry, formación pionera de metal industrial formada en 1981 por Al Jourgensen, único miembro que se ha mantenido a lo largo de toda la historia de la banda. La fecha también coincidía con el cumpleaños de quien escribe estas líneas con que el plan no podía ser mejor.
Tras abrirse las puertas con un ligero retraso nos dirigimos hacia las primeras filas de la sala (la cámara se averió a última hora y nos denegaron el acceso al foso) para contemplar el show los teloneros Killus, quienes resultan ser una de las bandas de metal industrial con mayor proyección internacional de nuestro país.
Killus:
Con una estética y un sonido a caballo entre Marilyn Manson e In Flames, los castellonenses cuentan actualmente con 4 discos de estudio, siendo precisamente el cuarto el que venían a presentar en suelo madrileño (“UltraZombies”, 2016).
De esta forma los de Villareal salieron a darlo todo al escenario desde el minuto uno con temazos como “Crush Our Minds”, Fuck’n’Rol” o “Holy Bible” que poco a nada tiene que envidiar a la música de fuera de nuestras fronteras.
La poderosa presencia de Supersixx (voz) y la hiperactividad de Premutoxx (bajo) mantenían viva la magia de un concierto cuyo sonido apenas les hizo justicia en toda su actuación y que iría a peor a lo largo de la velada.
Aun así, Killus estuvieron brutales y el público así se lo hizo saber. ¡Hasta la siguiente invasión ultrazombie!
Ministry:
Tras la actuación de Killus era muchísima la expectación que se estaba formando en la sala para ver a Ministry. La banda de Al Jourgensen siempre ha dado de que hablar, ya sea por sus feroces críticas al gobierno de Bush (y recientemente Donald Trump) o por sus frenéticos shows.
La sala estaba ya abarrotada cuando el señor Jourgensen apareció en escena ataviado con una máscara de gas para abrir con “Hail to His Majesty (Peasants)” mientras se proyectaban de fondo imágenes bélicas y de crítica política que no cesaron en ningún momento.
Parece mentira como alguien con una edad un poco avanzada y un estado físico no muy enérgico puede meterse tan rápidamente a un público en el bolsillo, y es que temas como “Rio Grande Blood” y “Stigmata”, son garantía de éxito, como así pudo verse en la sala, que por aquel entonces parecía un campo de batalla con pogos constantes e incluso crowdsurfings.
A sabiendas de que el sonido no era su mejor aliado, Jourgensen y los suyos dejaron que la música hablara por si sola con “Lies Lies Lies” y “New World Order”, en donde las imágenes dejaron constancia del rechazo profundo de Jourgensen hacia los Bush y Donald Trump.
A continuación, el músico aprovechó para dedicar al público unas ininteligibles palabras de agradecimiento que fueron seguidas de una descomunal “Just One Fix” y una despedida provisional del escenario. Tras unas ovaciones, el cantante volvió a empuñar su micrófono de rematando el concierto con “The Missing Deity”, “Thieves, y la apoteósica “Psalm 69”.
De esta forma se puso fin a un concierto de no más de una hora y media de duración que lejos de ser el bolo perfecto, lo disfrutamos como la ocasión se merecía. Tan solo esperamos que de cara al siguiente concierto el señor Jourgensen y los suyos no se dejen fuera clásicos como “Jesús Built My Hot Rod”, y que no confundan al público con las imágenes de “Please Standby” (“Por favor esperen”) que se proyectaron al final del concierto y que dejaron a más de uno a la espera de más tralla. ¡Sin duda un muy feliz cumpleaños!.
- Crónica y fotos: Fernando Lafora
Sin comentarios