El metal extremo es cómo es, no hay que intentar entenderlo. A veces uno sólo quiere canaliar la ira, la frustración, la vida en general, a través de sonidos más duros de lo habitual. Y aunque Nervosa y Dead Tree Seeds están lejos de lo más brutal que puede ofrecer el metal, cumplen su propósito.
Hora x y el quinteto francés Dead Tree Seeds ocupó el escenario de la sala Silikona. Ocupar ocupar ya que apenas quedó espacio libre y durante su actuación se movieron como y lo que buenamente pudieron.
Ofrecieron thrash clásico lleno de sonidos que uno ha escuchado mil veces. En lo personal no pude no acordarme de Slayer, Testament… Incluso la actitud de su vocalista, Frank Vortex, me trajo a la memoria al propio Chuck Billy. ¿Eso es malo? Si hablara de un disco sí, en un directo para nada.
La actitud, dentro de sus limitados movimientos la tenían, y su música entraba como un tiro ya que sí, podrían ser nuevos para muchos, para mí desde luego lo eran, pero esa sensación de que su música no, hizo que pasado el momento de “crítica” hacia mis adentros, me metiera en el concierto, levantando mis brazos, moviendo la cabeza… En definitiva, disfrutando sin duda alguna de lo que ofrecieron.
Hora x + show de Dead Tee Seeds fueron Nervosa quienes se encargaron de poner Silikona al revés. Y vaya si lo hicieron…
Las pude ver dos veces antes, con su antigua formación donde Fernanda Lira llevaba el peso, y muy bien, pero el hecho de que ahora voz y bajo estén separados en Mia W. Wallace y Diva Satanica respectivamente, ha mejorado sustancialmente su directo. Y es que Prika Amaral, su guitarrista, aunque muy entregada, no es alguien que sobre un escenario no pare o interactúe mucho con el resto de componentes, en cambio ahora Mia y Diva cumplen muy bien esa función. Eleni Nota a la batería fue una auténtica bestia.
Nervosa revolucionaron Silikona. Dead Tree Seeds consiguió que los asistentes se entregaran, incluso consiguiendo un wall of death, pero Nervosa estuvieron varios niveles por encima, además de contar con un público que venía a verlas a ellas específicamente.
Daba igual si era un tema de “Perpetual Chaos”, el único álbum con la actual agrupación, o antiguo, todo les funcionó. Su química fue excelente, e incluso Prika estuvo más entregada que en anteriores ocasiones.
Sin embargo la gran pega de su concierto fue la duración, ya que sí, fueron catorce canciones, pero apenas pasó la hora. Eso no quita que quiera destacar un detalle que me demostró que su sinergia actual no era impostada, ya que cuando terminaron y empezaron a recoger en la sala empezó a sonar “Bonito” de Jarabe de Palo lo que provocó que Mia se pusiera a bailar y contagiara su alegría a Eleni y Diva.
Noche extrema que el cuerpo necesitaba, pero que dejó con ganas de mucho más.
Crónica: Alejandro Sanz
Fotos: Raúl Blanco Photography
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