
Judas Priest
Priest!!!! Priest!!!! Priest!!!! Priest!!!! Priest!!!!
No hay palabras para describir el potentísimo cartel que se anunciaba en el Velódromo de Anoeta. Pero lo mejor es que no hay palabras para, una vez acabado el concierto, decir que fue algo realmente impresionante, y que las siguientes fechas de la gira que pude ver (Zaragoza y Madrid), me confirmaron que no fue un espejismo ni nada parecido.
Llegué a San Sebastián desde Madrid en el autobús de línea, casi a las 20:00, con lo que nada más bajar, me dirigí lo más rápido que pude al velódromo. Mi primera impresión al acceder al interior del pabellón fue que había muchísima gente, la verdad, mucha más de lo que yo esperaba, cosa que me sorprendió agradablemente.
Por suerte o por desgracia, (aunque a mi modo de ver siempre es mejor por suerte) Testament fue muy puntual y no pude llegar más que a los tres últimos temas, «3 days in darkness», «Practice what you preach» y «The Formation of damnation». Fue suficiente para confirmarme nuevamente, tras verlos en Madrid, que Testament están viviendo una segunda juventud. En el escenario son una verdadera apisonadora, el sonido estuvo realmente compacto, con un escenario que para ser la tercera banda del cartel estaba muy logrado, buena iluminación, con un enorme telón de su último trabajo «The Formation of damnation» y sendos parches a cada lado de la batería con el logotipo del grupo. Peterson junto con Skolnick, éste último un tanto estático, son unas parejas de hachas increíbles con un Greg Christian que parece que no hace nada, pero que a mi modo de ver es el gran tapado de la banda. Paul Bostaph un destroza parches, como nos tiene acostumbrados, y por supuesto el gran Chuck Billy. Al acabar, los cinco unidos en el centro del escenario y saludando al público. La única pega a lo que pude ver, fue que el público no estaba lo entregado que debería con una pedazo de banda con lo es Testament.

Megadeth
Sin tiempo para prácticamente nada, tan solo quince minutos después, se volvieron a apagar las luces y con un sobrio telón con el logo de la banda, Megadeth salió a escena. Un tranquilo Dave Mustaine apareció por el lado izquierdo de la banda y se dirigió al centro del escenario con los primeros acordes de «Sleepwalker», el resto de la banda salió al instante y ejecutaron el tema con un sonido más que aceptable, quizá la voz de Mustaine estaba algo baja a mi modo de ver. El público lo recibió con entusiasmo, pero nuevamente he de decir que fue un entusiasmo bastante tímido, mucho menos de lo que corresponde. Sin una palabra entre tema y tema, enlazaron el resto del set list. Megadeth no fue la apisonadora que fue Testament, pero realizaron un concierto realmente bueno. Ellos tenían una hora para tocar y no desaprovecharon ni un solo minuto. «Wake up dead» y «Take no prisioners» fueron las siguientes y «A tout le monde» a continuación. Este tema si que recibió una buena respuesta del público, para volver a enfriarse un poquito con «Skin o’my teeth», «She wolf». «In my darkest hour» volvió a levantar los pocos puños que se podían ver y que a mi me volvió loco, siempre es un placer escuchar este tema. Como siempre, «Symphony of destruction» levantó a la gente, pero sin llegar a enganchar lo suficiente al público para que disfrutaran con la magnífica ejecución de «Sweating bullets», siguieron con Hangar 18 y tras un escueto ‘Muchas gracias San Sebastian’, no está mal escrito, fue su pronunciación, siguieron con el último tema de la noche antes del bis, «Peace sells». Nunca te podrás cansar de cantar ese estribillo. Volvieron a salir para interpretar «Holy wars» para esta vez si, despedirse del personal definitivamente. Decir que mientras Chris Broderick cumple bien su papel, le falta movilidad en el escenario, cosa que James Lomenzo cumple sobradamente, ya que no para ni un solo momento a lo largo de todo el escenario. Mustaine, siempre mucho más calmado, pasea a un lado y otro del escenario con su típica frialdad, pero es algo a lo que estamos acostumbrados. Por poner una pega, el batería Shawn Drover no está a la altura de la banda, mucha batería para tan poca pegada, pero insisto, solo por poner una pega, ya que Megadeth hizo un gran concierto y pese a la sosería del público, no decepcionaron.

Judas Priest
Tras los treinta minutos estipulados, llegó lo que realmente la gente quería ver tras pagar el «módico» precio de la entrada, ver a Judas Priest. A las 22:30 en punto, las luces se apagaron por tercera vez y poco a poco se iba iluminando un enorme telón con la portada del Nostradamus al tiempo que sonaba la intro «Dawn of creation». Scott Travis hizo su aparición en la elevada batería ante, esta vez si, la locura del público y el resto de la banda se le unió mientras los ojos de Nostramus se iluminaban en rojo. A la izquierda del escenario apareció con la ayuda de una plataforma hidráulica el el SEÑOR con mayúsculas, Rob Halford acompañado de un bastón en forma de tridente, un cargadísimo guardapolvos, e interpretando «Prophecy». Apenas se movía de la plataforma elevada en la que estaba e hizo pocos movimientos «de robot» al contrario que en la gira de Angel of retribution, pero no hacía falta, Halford se basta y se sobra para comerse al público y más si canta como lo hizo esa noche. Al acabar el tema, la misma plataforma que lo elevó, se lo tragó, cambio de telón con un tridente, y comenzó a sonar «Metal Gods» sin Halford en el escenario. Unas puertas en el escenario, se abrieron y aparecieron un Halford con un pañuelo en la cabeza y sus gafas de sol. El pabellón entero acompañó a Hill, Downing, Tipton, Travis y Halford en este tema, ya en el escenario con unas banderas a los lados rojas con el tridente de Judas, y en menor medida, el público disfrutó con «Eat me alive», cosa que cambió con «Between the hammer on the anvil». Para una vez más, diluirse (el público, no la banda) con «Devil’s Child», que estuvo soberbia y que muchísima gente en el pabellón parecía no conocer.

Judas Priest
El bloque «Breaking the law» y «Hell patrol» arreglaron ese «pequeño problema» y fueron realmente una bomba. No se puede decir que Halford estuviera corriendo por el escenario como un loco, pero iba de un lado a otro con mucha tranquilidad pidiendo el apoyo del público. K.K. Downing fue, como no podía ser de otra forma, el miembro más inquieto del grupo, moviéndose dentro de su lado del escenario. Ian Hill no se movió de su metro cuadrado, como siempre hace y Tipton poco más.
Death, como su nombre indica, mató el poco ánimo que se veía en el público, Halford salió en un trono empujado por alguien disfrazado de muerte y allí cantó todo el tema, tras ello, el mismo personaje retiró el trono y lamentablemente, «Dissident Agressor» remató la animación del personal. ¿Cómo es posible que la gente no conozca ciertos temas? Estamos hablando de historia del Heavy Metal. Judas Priest han grabado alguna cosilla más que el Painkiller.
El único guiño de la banda a su anterior disco, fue la balada «Angel», que para ser sinceros, le viene muy bien a Halford para descansar un poco la voz. Y a partir de ahí, llegó para mi lo mejor de la noche, con el telón de un gran ojo, sonaron The Hellion, «Electric Eye» y sin duda, la canción de esta gira, «Rock Hard Ride Free». Mucha gente los había visto en Bilbao el año pasado, pero para mi era la primera vez que veía ese tema en directo y no tengo palabras para poder describir lo que se siente al escuchar algo así. Si cosas como esta no te ponen los pelos de punta, deja esto y dedícate a otra cosa. Y no hablo solo como fan, sino que Halford la cantó de forma impresionante y el dúo Downing – Tipton con la base de Hill y Travis culminaron una tarea espectacular.
Halford hizo un alto en el camino y hablo un poquito de «Rocka Rolla», «Sad Wings of Destiny» y «Sin After Sin», y ahí se quedó. 1977. «Sinner». 32 años nos separan de ese temazo y tan solo unas horas de la interpretación que pudimos ver.
Después llegó el momento más temido de la noche para muchos, yo incluido, «Painkiller». Halford desapareció del escenario y Travis comenzó el tema pero cortando el inicio de la batería en fragmentos cortos. En un principio creí que se equivocaba, pero no, simplemente decidieron iniciarlo así. Painkiller si bien no sonó perfecta, sonó más que aceptablemente. Tan solo noté un poco ahogado a Halford al final de una de las estrofas, pero vista la interpretación de éste tema en otras ocasiones, Rob Halford dejó el pabellón bastante alto.
Tras ello, los cinco miembros de la banda se despidieron desde lo alto de la plataforma para volver a los pocos minutos acompañados con el rugir de la esperada moto e interpretar sentado en ella con su gorra, gafas y cuero por todo el cuerpo, «Hell Bent for Leather» y después «The Green Manalishi» (with the two pronged crown). Nunca escuché este tema como esta noche (aún no sabía que en Zaragoza lo iba a escuchar aún mejor), se le ponen a uno los pelos de punta tan solo de recordarlo.
Volvieron a retirarse y el momento apareció de nuevo un solitario Halford y se pegó un rato demasiado largo con ‘oes oes’ que el público acompañaba gustosamente, pero que a mi, como ya he dicho en otras ocasiones, no me hace ninguna gracia. En ese tiempo se podía haber metido otro tema. Y tras el ya consabido ‘oh uh oh uh oh yeah’, sonó el último tema de la noche, «You’ve got another thing coming». Tras una hora y cuarenta minutos, todo el grupo en el centro del escenario (al igual que hicieron Testament y Megadeth), se despidieron del personal, dejando a Halford solo en escenario para despedirse definitivamente.
No hubo nada de pirotécnica, pero si un juego de luces realmente espectacular con incluso dos pipas sentados sobre el juego de luces con sendos cañones de luz, aparte de los del fondo del pabellón.
Señores, si alguien daba por acabada a esta banda, ya se puede tragar sus palabras. Lo de San Sebastián no fue un espejismo. Zaragoza fue aún mejor y en Madrid estuvieron un pelín por debajo de Zaragoza. En cualquier caso, tres grandísimos shows que sin ninguna duda, reconfirmarán el jueves en Barcelona. Si alguien aún tiene alguna duda, se lo recomiendo y que disfruten del concierto.
Crónica y Fotos: Fernando Leal Vielsa
Pd: sentimos la calidad de las fotos, pero no estábamos acréditados y es el documento que podemos aportar desde nos situamos.
1 comentario
lopezartetxe
Gran crónica tío (la mía igual te hace un poco de competencia). El concierto fue, a mi parecer, magnífico.
Saludos.