Difícil sábado concertil el que se presentaba una vez más en la capital (y ya hace tiempo que cuándo no es fiesta). Asfalto Sold out en la Riviera, Freak Kitchen tocando en Changó, Tequila Sunrise en Copérnico y más cosas. Y además, lo nombro el último pero sin restarle importancia, todo lo contrario, Saratoga en la sala But. No sé dónde vamos a llegar, pero bueno, si se hacen tantas cosas al mismo tiempo, supongo que los promotores no perderán. A mí, en cualquier caso, ni me salen las cuentas ni me entra en la cabeza.
Concierto anunciado como excusa de la presentación del último trabajo de los madrileños, Morir en el bien, vivir en el mal y anunciado sin telonero, algo que sinceramente, yo agradecí.
Puesto de merchandising mucho menos variado en cuanto a artículos que cuando tocaron en la Riviera en la gira de “reunión” el año pasado, centrándose sobre todo en su último disco, aunque con algunas camisetas de sus anteriores y últimas obras, y público, bastante público que en un mínimo de tres cuartos de sala hicieron que Saratoga estuviera más que arropado.
Con veinte minutos de retraso sobre el horario previsto (visto los horarios publicados se suponía que saldrían a las 20:45, tocando dos horas y cuarto), las luces se apagaron, y los instrumentistas fueron saliendo ocupando cada uno su lugar, Dani Pérez a la batería, Jero a la guitarra y Niko del Hierro al bajo, y unos segundos más tarde Tete Novoa ocupándose de las voces.
Arrancaron sin tregua alguna, previo cañonazos de confeti por los laterales del escenario, con tres trallazos seguidos, Perseguido y Volverá de su último disco y el primer guiño a su obra maestra Agotarás, Tras las rejas. La gente, entre las que había muchas féminas, algo siempre a destacar y bienvenido, estaba entregado desde el primer instante mientras la pantalla detrás de la banda se ocupaba con una imagen de la portada del nuevo disco de la banda.
La banda sonaba como un cañón, si bien es cierto que el bajo estaba un poco más alto que el resto de los instrumentos. Alarde de voz por parte de Tete con mini solo de Jero antes de la siguiente canción y continuaron con Maldito corazón, aplaudiendo Tete al final “para vuestras jodidas gargantas” y preguntando si el público estaba preparado para quemar la noche.
Presentó Ángel de barro, demostrando la comunión entre sus fans y la banda al coger un móvil de un fan y grabar durante la interpretación del público. La algarabía era completa. A esas alturas, el que más me sorprendió fue el propio Tete, cantando muy bien. El resto de la banda, la verdad, no me sorprendieron en absoluto, pues tanto Jero, como Niko, y sobre todo Dani, son unas bestias en el escenario, y esta noche lo volvieron a demostrar. Lo mínimo que dan cada noche es un diez, y en esta ocasión se salieron de nuevo.
El típico “oeoeoe” dio paso esa joya que es No sufriré jamás por ti, sonando, lamentablemente para mi, pues es uno de mis temas favoritos, demasiado pronto. Niko aquí se lució con tapping sobre el mástil de su bajo en el final del tema. Continuaron con “la canción que no está hecha a mala leche”, Mi venganza, jaleando Tete al público a mitad de tema pidiendo palmas, y por supuesto consiguiéndolo.
Niko del Hierro agarró el micro para, tras dar las buenas noches, dedicar la siguiente, Morir en el bien, vivir en el mal a su padre. Tras ella, y anunciando que este año cumplen nada más y nada menos que veinticinco años de la banda en la carretera, y las discusiones que tienen en el grupo para hacer el setlist, tiraron de un caballo ganador, Vientos de guerra para seguir el concierto, con un gran Jero acompañando a los coros, dejando luego libre el escenario y que Dani fuera el centro de atención con su solo, llevándose una tremenda ovación y haciendo ver a su vez que no hace falta rodearse de bombos y platos para ser uno de los mejores baterías de este país, sino el mejor.
Incorporándose Tete al escenario, se encargó de presentar a la banda, jugando con los cortos solos de cada miembro, en algo que se alargó para mi gusto en exceso, siendo Niko el que presentara a Tete como “el mejor puto cantante de Saratoga”, ahí queda eso. Por si fuera poco el tiempo perdido, Tete dividió la sala en dos para ver quién grita más. Hay cosas que no entiendo… ahí cabía al menos otro tema.
Ya de nuevo retomando el concierto, Heavy metal con Niko a los coros fue el paso previo a otro cañón, A morir. A continuación apareció una silla en el escenario, momento que yo pensé que era para el show acústico que están haciendo con sus baladas, pero que afortunadamente me equivoqué y me regalaron, para mi, el momento de la noche, pues en lugar de ello, tocarón El ciprés solitario, con Jero a la acústica, tema que, y me voy a arriesgar, diría que es la primera vez que hacen en directo, y que siendo de lo mejor de su última obra, lamentablemente fue el que menos aceptación tuvo entre el respetable. Ya de seguido, Si amaneciera si que logró todo el respaldo del público.
Tiempo para acordarse de la violencia de género con El val de la rosa herida para enlazar con la última, Resurección, antes de los bises al grito por parte de Tete con un “Dani quema Madrid”, dando el vocalista las gracias al público, jaleando a éste y haciendo que se animara a cada músico en particular. Grande Tete.
La banda se fue y no tardó en volver para regalarnos otra sorpresa, No pidas perdón, de su último disco y no de las habituales. Tete presentó la canción que habla sobre los que se van y siempre estarán ahí protegiéndonos con su alma, la canción que se eligió como single, Como el viento, con el soberbio solo por parte de Jero. La última y ya definitiva, no necesitaba presentación, y así, como al inicio del show, con nuevos cañonazos de confeti, la grandísima Perro Traidor puso fin a las casi dos horas que estuvo la banda sobre el escenario y que pasaron como una ráfaga, con un Tete al final ocupando la batería y después cogiendo el bajo de Niko, siendo la fiesta ya completa. Curioso que para despedirse, como intro final, utilizaran el Fear Of The Dark de Iron Maiden.
Grandísimos Saratoga, esperando que les vaya cada vez mejor, pues esta banda son un referente y de las grandes joyas que tenemos en este país.
Un último apunte esta vez para el promotor. Sin acritud, pero para próximos conciertos, un foso para los fotógrafos no estaría nada mal. Dos, tres canciones y fuera, incluso luego se puede quitar después para que el público esté más cerca. Es solo una idea.
El Set list de Saratoga fue:
- Perseguido
- Volverá
- Tras las rejas
- Maldito corazón
- Ángel de barro
- No sufriré jamás por ti
- Mi venganza
- Morir en el bien, vivir en el mal
- Vientos de guerra
- Solo batería
- Heavy metal
- A morir
- El ciprés solitario
- Si amaneciera
- El vals de la rosa herida
- Resurrección
- Bises:
- No pidas perdón
- Como el viento
- Perro traidor
- Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
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