Nos levantamos el viernes, salimos de la tienda de campaña, vimos que el día se presentaba con mala pinta, el cielo estaba totalmente encapotado y con un color oscuro que hacía presagiar lluvia. Efectivamente no llegamos a las duchas cuando empezó a llover, de una forma no muy aparatosa pero constante hasta despues de comer. La lluvia mojaba lo suficiente como para tenerse que abrigar y embarrar todos los caminos del Festival, lo cual para algunos es un verdadero atractivo para disfrutar aún más el Festival, jugando con el barro.
Una vez estuvimos limpitos, aseados, hidratados y desayunados convenientemente (lo cual es muy importante para aguantar todo el día como verdaderos seguidores del Metal), nos dirigimos al Recinto de conciertos, previa parada en el Beer Garden, y Mercadillo para echar un vistazo a posibles compras, y vimos mediada la actuación de 3 Inches Of Blood, con su habitual caña y entrega sobre las tablas, aunque el público estaba algo frío. Me temo que las canciones del grupo canadiense aún no son muy conocidas entre el público alemán. Tenían muy buen sonido, y no me canso de escribir para destacar a este cantante con pinta de troll, pero con voz tan original llamado Cameron Todd Pippes, que es de lo más original del panorama del Metal actual. Estuvieron muy bien, aunque dispusieron de muy poco tiempo para su actuación.
Si queríamos ver el mayo número de grupos empezaba nuestro baile de escenarios, de un lado para otro, como las pelotas de tenis. Ahora nos cambiamos de escenario para ir al Pain Stage, donde actuaba Schelmish, un grupo alemán con gaitas, acordeones e instrumentos tradicionales al estilo de In Extremo que hace un Folk Rock que tanto gusta por esos lares. La verdad que eran bastante activos en el escenario alguno de sus miembros y al contrario había otros que les habían clavado con clavos para no caerse. Sobre todo destacaba un menudo personaje, que creo que se llama Luzi Das, que a parte de tocar la gaita y diferentes tipos de instrumentos medievales, se marco un strip tease en toda regla, con barra, como en las películas, que le quedó la mar de simpático. En lo que se refiere a la música estuvieron correctos y divertidos, pero estos grupos ya los hemos visto.
Tocaba ahora ir al Main Stage, o a la postre, el escenario principal. Ahora tocaba el turno de Mad Sin, un grupo de Psychobilly que nos íbamos a acercar a ver dos o tres temas e irnos a comer, pero vimos el carisma de su cantante Koefte deVille, un tipo de casi dos metros y una barriga imponente y que se movía como si le hubiera metido un petardo por el culo y que resultaba de lo más simpático. Musicalmente son algo repetitivos como temas muy rockeros con tintes rockabilly, siendo muy contundentes. Son dos guitarristas, un contrabajo, el cantante y el batería, y llevan más de 20 años en esto. La verdad es que nos enganchamos y al final le vimos todo el concierto. No es el estilo de música que nos pueda llenar, pero la verdad que llenaron el escenario y se volcaron a tope con su actuación. Hay que reconocer que nos agradaron y sorprendieron. Muy interesantes y curiosos de ver, lo que si está claro que rompen la estética y son originales.
Tenía interés por ver a Megaherz después de algunos artículos que había leído de ellos, y por eso nos fuimos rápidamente al Pain Stage para ver la descarga de los alemanes. La verdad que empezamos a verlos, y esa combinación de metal industrial con la música electrónica no me resulto agradable al menos ese día, y optamos por aprovechar este momento para poder descansar algo y poder comer. Aún así estuvimos escuchando al grupo, que aprovecho la ocasión para presentar temas de su nuevo trabajo «Heucler». Esperaba algo más de este grupo, pero habrá que verles en más ocasiones para poder juzgar correctamente.
La hora de la siesta, y que mejor que los Korpiklaani para no dormirla y seguir de fiesta. Pero la verdad hay que decirla que los finlandeses no tuvieron suerte y tuvieron el peor sonido con diferencia de todas las bandas del Festival. Las guitarras apenas se distinguieron en todo el concierto, con lo cual la actuación quedo algo floja y deslucida. El público no pareció importarle este problema y durante el concierto siguieron los pogos, las guerras de paja mojada con tropezones dentro, los circle pit, el surfeo…. Vamos que siguieron en su línea. Los finlandeses hicieron un set list basado en sus temas más fiesteros, y con el «Beer, Beer» se despidieron. No tuvieron su tarde, y esperemos mejor ocasión para verles.
Era el momento de pasar a ver grupos menos conocidos, pero no por ello menos interesantes. Siguiendo los consejos de nuestro compañero de viaje Marcos, nos acercamos al Party Tent para ver Enemy of The Sun, que es una banda de thrash metal progresivo muy contundentes, y que es la nueva banda del guitarrista y productor Waldemar Sorychta, que interpreto dos canciones al micrófono. Es una banda a seguir.
Ya dejo de llover justo a mediodia, pero el ambiente seguía con mucha humedad a pesar de haber salido el sol, por lo que la sensación de frío era importante y os puedo jurar que los sufrimos en nuestras carnes, o nos pillo el día malo.
Tras una interrupción de 30′ para el cambio de escenario, salían a escena XIV Dark Centuries, que es un grupo de Black o viking metal con más tintes folk, que de Metal, y la verdad que son algo sosos encima del escenario, y pueden sacar más de si a los temas que interpretan. Muy bien caracterizados para la música que hacen, pero creo que deben tener algo más de actividad encima del escenario. Me gustó el flautista que daba un toque original a la actuación.
Una vez terminaron los XIV Dark Centuries, nos encaminamos de nuevo hacia el Recinto principal del Festival donde estaban finalizando su actuación los Exodus, y nos dirigimos hacía el Pain Stage para poder disfrutar de la actuación de los suizos Eluveitte. El año anterior los pudimos ver en el mismo escenario, y desarrollaron toda su capacidad para envolver al público en su Folk Metal, haciendo votar a casi todos los presente. Por el contrario este año la banda estuvo musicalmente correcta, pero muy estáticos y poco comunicativos con la gente, que quería marcha y cachondeo. Solo el cantante, Chrigel, tiraba del carro, y dejaba el pabellón de Eluveitte donde merece. Estuvieron musicalmente bien, pero muy poco trasmisores con el público.
Hay que reconocer que estábamos metidos en la dinámica de concierto tras concierto y no te das cuenta como pasan las horas. En este caso, nos cambiamos otra vez al Main Stage, para poder ver a los americanos As I Lay Ding, que los habíamos visto 15 días atrás en el Warren y nos encantaron. En el Summers Bréese nos volvieron a convencer y el Metal Coree que practican contagio a buena parte del público, donde las guerras con los pogos y los surfeos eran la tónica general del todo el concierto. Tim Lambesis, el cantante, no hacía más que pedir circle pit, pero el público no le hacía mucho caso y seguía con sus peleas de paja. La banda destripo sus temas más conocidos como «Forever», «Confined», «Colission» y los mezclaron con temas de su último trabajo de estudio «An Ocean Between Us». El una banda de metal core, pero tienen mucho metal, y esas guitarras dobladas a lo Maiden, y la melodía le auguran un buen futuro. Se marcaron un gran concierto y seguirán dando caña.
Con el cuerpo ya para pocos trotes, después de tanta caña y tanto movimiento, tocaba el turno de End Of Green, un grupo de gótico muy publicitado en el Festival, ya que estaba lleno de pósters de ellos, y todos los vasos de bebida del Festival. Empezamos a verlos, pero optamos por descansar para tomar algo y dar una vuelta por el mercadillo para hacer las compras oportunas.
Retomamos nuestra dura vida de seguidores del Metal en la Party Tent donde tocaban los Manegarm, una banda sueca que podemos etiquetar de death o viking metal, según se mire. La verdad que son un quinteto con una estética importante y que incorpora en sus filas un violín que le da un toque folk al asunto. Descargaron durante 30′ un set list bastante completo y contundente que hizo vibrar a los que estábamos en la carpa.
Iniciamos camino para el Recinto principal, camino del Pain Stage para ver Kataklysm, y escuchamos a los americanos Six Feet Under que a juzgar por la polvareda que habían montado tuvieron que estar contundentes y gustaron al público. Llegamos justo cuando cerraban el concierto con su versión del «TNT» de AC/DC, y la gente estaba como loca. Quizá elegimos mal el concierto, y nos teníamos que haber quedado a verlos.
En el Pain Stage empezaba el concierto de los canadienses Kataklysm, y la verdad que quizá fue uno de los conciertos que más gente había, nos fue muy difícil encontrar un sitio donde se pudiera ver el concierto decentemente. El sonido y las luces eran de lo mejorcito que se ha visto en el Festival. El cuarteto se movía a la perfección por las tablas. La banda si la tenemos que catalogar es de un Death metal más accesible que otras bandas del estilo, y en ciertos momentos recuerda a Iced Earth en sus guitarras. La verdad que entusiasmaron a la gente y se noto en la respuesta del público, que en todo momento acompaño a la banda en su actuación. De lo mejor que se ha podido ver y escuchar en el Festival.
Sin tregua para descansar y es verdad, ya que en cada cambio de escenario solo teníamos 5′ entre concierto y concierto, empezaron los alemanes Subway To Sally, que eran los cabezas del cartel del día. Hay que reconocer que tienen una puesta en escena importante, donde el cantante Eric Fish y Bodenski que toca la guitarra y todo tipo de instrumentos, son los verdaderos protagonistas del concierto. Los temas que han interpretado son un resumen de sus mejores canciones de su discografía, aunque llevaban el peso los temas de su último trabajo «Bastard». La chica del violín tiene un protagonismo menor, pero es importante para el equilibrio de muchas de las canciones que interpretan. Con mucha diferencia, fueron el grupo del Festival que más se apoyo en los fuegos artificiales y más elementos de pirotecnia, que ayudaron a hacer más espectacular su concierto. Muy bien, y uno de los mejores conciertos que pudimos ver.
Sin muchas más fuerzas, ya que llevábamos más de 12 horas seguidas de metal, nos encaminamos a ver a los austriacos Hollenthon, pero entre lo que tardamos en salir, las pocas fuerzas que teníamos en el cuerpo y el frío acumulado optamos por irnos a dormir. El día siguiente seria mejor.
By: javier@metaltrip.com / rocio@metaltrip.com / www.metaltrip.com
Fotos: Javier & Rocio
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