Intensa había resultado la jornada del jueves del Summer Breeze 2019, pero más apasionante se nos presentaba la jornada del viernes.
La programación de la jornada del viernes nos traía nombres apasionantes. El tiempo parecía estar por la labor de permitirnos vivir conciertos a una temperatura agradable y sin lluvia.
Siguiendo nuestro ritual en el Summer Breeze, no podíamos faltar a la cita con la comida en nuestro restaurante favorito y coger las fuerzas suficientes para vivir una intensa jornada que íbamos a arrancar con una avalancha de notas musicales de los británicos Dragonforce en el Main Stage.
Un pésimo gusto escénico al plantar dos enormes reproducciones de máquinas de video juegos de las antiguas, que retrasmitían imágenes al tiempo de la música, de las que se veían antiguamente en los bares y que impedían la visión de las evoluciones del batería Gee Anzalone, que lo intuimos, pero no logramos verle. En fin, para gustos los colores.
Por el contrario, el show de Dragonforce estaba lleno de dinamismo, un muro de notas musicales nos venía del escenario con canciones habituales en su repertorio como “Heroes of Our Time” o “Seasons”.
Los guitarras Herman Li y Sam Totman mostraron su efectividad y su dinamismo en escena, recorriendo varias veces todos los rincones del escenario. Con un notable trabajo de su vocalista Marc Hudson que cada concierto que le vemos en directo está más afianzado en su trabajo con los británicos. El público siempre a lo suyo en el festival alemán a sus pogos y sus vuelos por encima de nuestras cabezas al ritmo de las frenéticas canciones de los británicos.
“Fury of the Storm” y la frenética “Through the Fire and Flames” pusieron fin al dinámico show de Dragonforce, que nunca fallan y siempre tratan de agradar allá por donde actúan.
Nos dirigimos al T-Stage para presenciar la actuación de los belgas Aborted, que llegaban al Summer Breeze para presentarnos su último trabajo “TerrorVision”.
La banda de Brutal Death con hipnotizo desde el primer minuto con sus riffs enrevesados de guitarra y bajo, combinados con fragmentos más líricos, combinando a la perfección la contundencia y la melodía, captando con ello nuestra atención.
Los belgas con el público entregado desde el principio realizando un eterno circle pit que fue constante hasta el final del show, arrancaron tras la intro “Cymatic” con “TerrorVision”, seguida de “Deep Red” ambas de su nuevo trabajo.
Tras la toma de contacto llegaron temas más antiguos de la banda como “Necrotic Manifesto” del trabajo del mismo nombre, la aplaudida “Hecatomb” de su “The Archaic Abattoir” , “Cadaverous Banquet”, “Coffin Upon Coffin” o Threading on Vermillion Deception”, que mezclaron con “The Saw and the Carnage Done” de su “Goremaggedon” con las que cerraron su actuación.
Gran concierto de Aborted en el que disfrutamos de la gran labor de su bajista Stefano Franceschini qie que nos enloqueció con el veloz ritmo que nos marco, el cual estuvo perfectamente acompañado de la batería de Ken Bedene y la excelente voz de Sven De Caluwe que no paro de incitarnos a movernos y enloquecer con la potencia y velocidad de su show.
Tras la gran actuación de Aborted tocaba el turno para los jovencitos alemanes Unprocessed, banda formada en el año 2013, no mucha gente en el Wera Stage y sonaba una intro para dar el pistoletazo de salida.
Hacía pocos días que se había publicado su álbum «Artificial Void» siendo predominante de todo su set list, con guitarras de seis cuerdas y su amplia mezcla de sonidos, melodías pegadizas y grandes solos de guitarra, principales señas de identidad.
Sin alargarse más de lo necesario en sus temas, nos brindaron un espectáculo bastante plano, destacando entre sus componentes el gran trabajo de su bajista, con una línea muy marcada y con bastante aptitud sobre el escenario, aprovechando varias ocasiones para dirigirse al escaso público presente, solicitando más cercanía al escenario.
Sin salirnos de las Islas Británicas, el Main Stage hacía girar su plataforma principal y salía a primer plano el montaje de los Skindred a pleno sol, con Benji a la cabeza al ritmo de la marcha Imperial y al frente de su show con su chupa de cuero llena de tachuelas y mensajes para una audiencia que desde el arranque de su concierto mostraron una enorme comunión con la singular propuesta de los británicos.
Abrían el concierto con “Sound The Siren” de su álbum “Volume”, un arranque peculiar y que cambiaba un poco la marcha en el festival, pero que rápidamente enganchaba al público alemán que mostró desde el arranque la comunión con la música de Skindred.
Mucho toque de Rap, Reagge combinado con Metal que tanto gusta de la propuesta de Skindred y que el público del Summer Breeze siguió con sus ovaciones y como mejor sabe, con los pogos y los surfeos.
Temas como “Pressure”, con su guiño AC/DC, “Machine”, “Ninja” fueron moviendo al personal que seguía las evoluciones de una banda, donde Benji ejerce claramente de frontman, pero que tiene un fuerte apoyo de su compañero Mikey «Dee» Demus a la guitarra, que apoya en todo momento al espectáculo.
“Kill The Power” subió la temperatura del show a sus más altos niveles, muy bien continuado por “Nobody” y la final “Warning”, que recibió una gran ovación en muestra de aprobación por el show que habíamos vivido.
Nuevamente en el T.Stage para disfrutar de la actuación de los holandeses Legion of The Damned, que salieron al escenario con fuerza y a toda velocidad, haciéndonos disfrutar moviendo la cabeza al mismo ritmo que ellos, con su particular forma de entender el Thrash Metal, con esos ritmos tan machacones y frenéticos muy rompe cuellos.
Los chicos de Legion of The Damned capitaneados por su vocalista Maurice Swinkels que lo primero que hizo fue retarnos a participar , nos deleitaron con un estupendo sonido con temas como, Como la inicial “Warhounds Of Hades”, “Son Of The Jackal” donde tuvieron un problema técnico con la guitarra, para tras solucionarlo seguir sin tregua con “Palace Of Sin”, “Bleed For Me”, “Slaves Of The Southern Cross”, “The Widows Breed”, “Pray And Suffer” y “Legion Of The Damned” con el que terminaron su actuación, con Maurice, su vocalista ejerciendo de portavoz y con la guitarra de Twan a tope, con esos riff destroza cuellos que puso al personal a trabajar.
Y nuevamente en el Wera Tool Rebel Stage daba comienzo la actuación de los islandeses Une Misére con una descarga de humo sobre el escenario, sonando una intro y los miembros del grupo afinando instrumentos, resultándome algo raro por lo vivido hasta el momento.
Los islandeses con su cantante Jón Már, voz y miradas desafiantes hacía sus seguidores, así como sus convulsiones típicas, descargaron adrenalina y fuerza desde el primer minuto con «Grave».
A pesar del poco público congregado en el Wera, estuvimos apoyando y animando en todo momento, y con «Condescend» llegó el primer «circle pit».
Todo el mundo sin parar de saltar, el concierto era una fiesta y puedo decir que Jón (vocal) es un espectáculo, gestos, saltos, guturales a la par que voces más melódicas, etc.
Un inicio tranquilo y unas palabras para contarnos sus propias experiencias con «Failures», dando paso a una tralla brutal y crowd-surfing de sus acólitos; Y para terminar su actuación, un nuevo circle pit que dura todo el tema «Damages» siendo dedicada a un amigo fallecido recientemente.
La tarde iba avanzando y venían los platos fuertes. Los siguientes en actuar sobre el Main Stage del Summer Breeze Open Air eran los australianos Airbourne, que con su tradicional “Ready To Rock” volvían a abrir un eléctrico show.
Un arranque demoledor como nos tienen acostumbrados con Joel O’Keeffe a la guitarra y las voces como líder indiscutible, que atrae todas las miradas y en el que se centra buena parte de su show, algunas veces por exceso.
Realmente sus conciertos son eso, Rock en su más versión más eléctrica y cruda, con Joel con una libertad absoluta de movimientos durante todos los temas.
Su primer álbum “Runnin’ Wild” sigue llevando el peso en su set list, como si a fuerza de repetirlo las canciones se van convirtiendo en himnos como “Too Much, Too Young, Too Fast”, la más
cruda “Girls in Black”, “Heartbreaker”, que se iban intercalando con otros temas, que seguían con el dinamismo del show.
No faltaban los momentos que Joel lanzaba latas al público, se echaba cerveza por encima, se bajaba al foso. También en un momento determinado, al ritmo de la música fue sirviendo cuatro Jack con coca cola en homenaje a Lemmy, que fueron lanzados al público en su particular homenaje al icono de la música.
El público estaba entregado a sus temas, “Breakin’ Outta Hell”, “It’s All for Rock ‘n’ Roll” se iban sucediendo uno tras otro, sin dar un instante de tregua y dando Rock a un público entregado a la causa.
Con Joel desatado, en su propio show llegaban las finales “Raise the Flag” y “Runnin’ Wild”, que daban fin al show.
No fue el concierto más dinámico y divertido que hemos visto de los australianos, que se rompieron el ritmo del concierto con sus recursos o guiños para contagiar a la gente, pero que esta vez no cumplieron con el cometido que buscan y distrajeron más al público, que se mostró menos apasionado con el resultado final del show.
Con un nuevo trabajo bajo el brazo titulado “The Heretic” y una formación renovada tras la salida de George Emmanuel y Vangelis Karzis, llegaban al Sumer Breeze los chicos de Rotting Christ.
Teníamos muchas ganas de ver a los griegos ya que nunca nos defraudan, realizando conciertos impecables, llevándonos con su saber hacer poco a poco a su terreno hasta conseguir que terminemos rendidos a sus pies y en esta ocasión nos fue diferente.
La puesta en escena compuesta por unos telones y fuego, la hora a la que tocaron y la oscuridad que acompaña a la banda fueron los ingredientes perfectos para conseguir el que publico se mostrara entregado y sumergido en la atmosfera que los griegos crearon, viendo circle pit y escuchando a la multitud tararear alguno de los temas junto a Sakis y sus compañeros.
El repertorio de Rotting Christ en esta ocasión estuvo compuesto tanto de temas de su nuevo trabajo como “Hallowed By Thy Name” , “Fire, God And Fear”o “Dies Irae”, junto a cortes como “Kata Ton Demona Eautou”, “Elthe Kyrie” , “Apage Satana”, Societas Satanas» (versión de Thou Art Lord), «King Of A Stellar War», «In Yumen-Xibalba» o la «Grandis Spiritus Diavolos».
Gran concierto el de Rotting Christ en el que vimos a una banda muy compenetrada pese a las recientes incorporaciones en la banda, con un claro equilibrio entre la fuerza de los dos nuevo integrantes de la banda y la serenidad y veteranía de Sakis Tolis.
De vuelta al Wera Tool Rebel Stage le toco el turno a los británicos Dyscarnate, banda de Death Metal, que salió con mucha fuerza y ganas dispuestos a poner patas arriba el escenario y lo consiguió con creces.
El trío tras una breve introducción arranco con el poderoso «Of Mice And Mountains» de su último trabajo “With All Their Might” continuando con “Cain Enable”, “Backbreaker”, “Traitors in the Palace”, “Iron Strengthens Iron” o la final “The Promethean”.
Buena actuación la de Dyscarnate, que hicieron enloquecer al personal con su poderoso ritmo, ganándose al público con creces que incluso se quedo con ganas de más pidiendo un bis al final.
Una vez más se producía un cambio radical de público para vivir en directo el concierto de King Diamond. El público más veterano volvía al Main Stage, en mucho menor número que la banda precedente y la posterior y está visto que en el Summer Breeze los grupos clásicos tienen menos tirón que otro tipo de bandas.
La tarde empezaba a dar paso a la noche, lo que nos permitía ver por primera vez todo el montaje del escenario de King Diamond, sin las tinieblas de otras veces. El show empezó de día, extraño en sus conciertos y un poco desubicado para su actuación.
Con “The Candle” la historia arranca, con un King Diamond que con Andy LaRocque y Mike Wead a las guitarras se ha buscado grandes escuderos, que afianzan la propuesta musical siempre singular del Rey.
Los falsetes de King Diamond se fueron apoderando de la tarde noche en Dinkelsbühl, con la historia de la pobre Abigail, que la matan todos los conciertos, al tiempo que suena “Funeral”, en una actuación que iba contando su historia, con diferentes actos en forma de canciones. “A Mansion in Darkness”, anticipaba “Let It Be Done”, que daba paso a una imperial “Halloween”, que hace las delicias de los fans más clásicos de King Diamond.
No podían faltar en su show canciones imprescindibles como “Welcome Home” o su conocida “Sleepless Nights”, que tantas veces hemos visto en video, “Burn” con un fuego figurado… El espectáculo seguía, pero no enganchaba, a pesar del esfuerzo del propio King Diamond y los actores que le apoyan en su show y con los músicos que lleva en su concierto, que cumplen de diez con su papel.
No levantó grandes pasiones King Diamond en el Summer Breeze y eso que ha sido de las mejores veces que hemos podido ver su show por la iluminación del escenario, pero lo cierto es que el público no se enganchó de forma mayoritaria para hacer más mágico el concierto.
Nuevamente frente al T-Stage nos dispusimos a disfrutar de una de las bandas pioneras del estilo Grindcore, los británicos Napalm Death.
Con un sonido no del todo nítido los británicos arrancaros con costes como “Unchallenged Hate”, “Instinct of Survival” y “Continuing War on Stupidity”
Los conciertos de Napalm Death son rápidos, cañeros sin un momento de descanso, y este no fue una excepción con un Barney Greenway corriendo continuamente de un lado a otro del escenario con esos movimientos suyos tan característicos. A la derecha del escenario estaba el señor Shane Embury mucho más estático pero dándolo todo como vimos en cortes como ”When all is said and done”, “Smash a Single Digit”, “Standardization”, “Breed to Breathe”, “Scum” o la final “Siege of Power”.
Gran concierto de los ingleses, que son una apuesta segura y nunca defraudan. No tienen concierto malo, después de más de treinta años dando caña, continúan en una excelente forma.
Llegaba uno de los conciertos del festival, el de los australianos Parkway Drive. Curiosamente en Alemania, el concierto arrancó con quince minutos de retraso, a las diez de la noche, con las pantallas proyectando a la banda que viajaba en una especie de nave espacial que aterrizaba en algún lugar del festival, hasta que aparecieron unas antorchas en un lateral del recinto, con los unos actores portando las antorchas y haciendo de guardaespaldas de Parkway Drive que fueron entre el público hasta el escenario, provocando la locura que las cámaras fotográficas de los teléfonos móviles echasen humo.
Un arranque espectacular con columnas de fuego, plataformas con “Wishing Wells”, de su disco más actual “Reverence”, que fue la base principal de su set list.
Con el bajista Jia O’Connor lesionado en una de sus piernas (creo que es la tercera vez que hemos visto a Parkway Drive en el Summer Breeze y es la tercera vez que han tenido un lesionado de la pierna en el festival alemán, ¿casualidad o mala suerte?), tuvo que salir en silla de ruedas a partir de la segunda canción. Tal como comentó Winston McCall, no podían fallar a la cita y una lesión jugando a fútbol no podía hacerle perder el concierto.
Winston McCall ha ganado como frontman y líder indiscutible de la banda, aunque todavía le falta ese toque especial que da el aura de las grandes estrellas que llenan estadios.
La banda fue presentando los temas de su último trabajo, algo más accesible, con temas que han ido creciendo en su discografía. Escuchamos temas del “Reverence” como “Prey” o “Cemetery Bloom”, intercalados con temas más habituales en sus conciertos como el “Carrion” o “Vice Grip”.
Los surfeos y los más grandes pogos y circle pit del festival fueron la constante durante el concierto de los australianos. Las plataformas den el escenario iban tomando protagonismo según las canciones, era curioso como al pobre Jia O’Connor en su silla de ruedas le subían a las alturas en una plataforma. Las columnas de fuego se apoderaban de la noche en el festival.
El público fue cantando con Wiston todos los estribillos. Los surfeos fueron constantes durante todo el show. A la altura del set que llegamos a temas como “Idols and Anchors”, el público estaba enfervorecido.
Una de las sorpresas de la noche vino con el tema “Writings on the Wall” y “Shadow Boxing” con los australianos acompañados por un cuarteto de violines que dieron más épica al tema y levantando una de las ovaciones de la noche.
Pero aún quedaban más temas en el show, para seguir con la locura al ritmo de “Wild Eyes” y “Chronos” que anticipaban a unos bises que se hicieron un poco esperar y que arrancaron con “Crushed”, anticipándose a un final apoteósico con “Bottom Feeder”, con columnas de fuego que calentaban el ambiente que procedían del techo del escenario, en un final épico y espectacular que ponía el perfecto cierre a un show muy completo y convincente de los australianos.
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el concierto de Parkway Drive fue uno de los conciertos del festival. Sin duda fue el que más público congregó, el que más pasión despertó, el que más y mejor juego de luces tuvo, efectos, fuego y encima le unimos que tanto musicalmente, como a nivel de espectáculo fueron los más destacados, todo nos hace indicar que triunfaron claramente en Dinkelsbühl.
Ante la apoteosis de los australianos en el Main Stage, quedaba recoger el escenario antes que la plataforma giratoria del Main Stage nos enseñara el montaje de los suecos Hammerfall. Se hizo esperar el arranque del show de los suecos, que siguieron acumulando retraso en el arranque del show.
Hammerfall unos habituales de los festivales veraniegos no podían faltar a su cita en el Summer Breeze. La hora quizá no era la mejor y más después de actuar detrás de los headliners, donde mucha gente abandonó el recinto.
Aun así, los Hammerfall no se amilanaron y con el martillo de Thor como bandera los suecos desplegaron su arsenal en forma de canciones de Heavy Power, que tanto nombre les ha dado. No podíamos faltar a la cita musical con Hammerfall y los que son sus estandartes, a la voz Joacim Cans y el guitarra Oscar Dronjak.
Un arranque de concierto con clásicos como “Legion”, “Hammer High”, “Renegade” y su clásico por excelencia “Riders of the Storm” captaron la atención de un público un tanto cansado, pero que respondía antes las invitaciones de Joacim.
La gente se divertía al ritmo de los suecos y no podían fallar a cantar “Hero’s Return” o “Blood Bound” que tenía enganchado a los más fieles seguidores de su música.
“One Against the World” era el primero de sus dos temas nuevos que incluyeron en el set, junto con “(We Make) Sweden Rock”, que vimos estrenar en el festival con el mismo nombre.
No faltaron los juegos con el público de Joacim, que por momentos se hacen algo pesados, pero que el público respondía a la perfección durante su “Let the Hammer Fall”. Llegaban los bises y “Templars of Steel” iniciaba el carrousel final, que cerraban con su clásico “Hearts on Fire”, que cantaron la mayoría de los que allí quedábamos.
Divertido show de los suecos, que parecen volver a revivir entre el público más clásico y que en su historia gustan y crean conciertos que enganchan.
Habíamos vivido una gran tarde de conciertos, tocaba recogerse a dormir, que aún nos quedaba un último día de festival. ·
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Crónica y fotos: Alba Rojo, José Antonio García Jiménez, gema@metaltrip.com , javier@metaltrip.com y olga@metaltrip.com
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