Recién aterrizados de una nueva edición del Sweden Rock Festival, vamos a contaros de primera mano lo que nos ha parecido y lo que hemos vivido en uno de los festivales más importantes que tenemos en el continente Europeo.
Que volver a decir del Sweden Rock Festival sin caer en repeticiones de otros años y volver a recordar las excelencias del recinto, organización, ambiente y calidad generales. Pero para que no sea todo del color de rosa, que siempre nos parece este festival, vamos a empezar con lo negativo. Principalmente, el tiempo ha sido el factor que ha impedido poder disfrutar al 100% del festival, con temperaturas algo bajas por la noche, soportables, pero incómodas. Obviamente no es un fallo achacable a la organización, pero influye en cómo podemos llegar a vivir el festival.
Otro de los aspectos negativos ha sido un poco el sonido en algunas actuaciones, sobre todo en el Rock Stage, que no ha llegado a la excelencia de otras ocasiones y con la calidad que merece y debe ofrecer un festival de esta magnitud.
Pero principalmente, para el que suscribe, lo peor y a mejorar ha sido los nuevos WC instalados en el recinto, menos numerosos y con un diseño más moderno y menos funcional, muy estrechos y por primera vez se han vivido algunas colas para cubrir las necesidades fisiológicas básicas. Salvado este aspecto incómodo, muy incómodo en algunas ocasiones, otra cosa que no ha sido como otros años han sido los precios de la comida que han sufrido un incremento, leve, pero incremento, que para los bolsillos medios de los que viajamos desde España si se ha notado esta subida tan desagradable.
Si he notado una mayor masificación general. Desconozco las cifras oficiales de venta de entradas, que como bien es sabido tiene una limitación, pero si se ha notado más gente que otros años, haciendo algunas veces los movimientos más dificultosos, pero sin llegar a extremos incómodos de otros macro festivales.
La variación en los escenarios ha sido mínima, solo destacar las pantallas instaladas en los laterales del segundo escenario, el Rock Stage, que te permiten seguir las evoluciones del concierto con una nitidez enorme, facilitando su visión desde muchas partes del recinto. La principal variación viene en el quinto escenario, el Rockklassiker, que este año ha trasladado su posición y se ha convertido en una cómoda y gran carpa que ha permitido vivir los conciertos con comodidad y ha servido de refugio en los pocos momentos de lluvia y de calor extremo para buscar las sombras. El Festival Stage ha bajado levemente su altura, en un detalle que ha pasado desapercibido para muchos, pero que ha ayudado a la visión de las primeras filas y sobre todo al trabajo de los fotógrafos. Destacar una vez más la calidad brutal de sonido e iluminación del Escenario Principal, Festival Stage, que es de lo mejor que podemos vivir en Europa y que da una magia especial a muchos de los conciertos que en el podemos vivir.
El recinto del Sweden Rock Festival como cada año tiene modificaciones, entiendo que para mejorar la comodidad como ha sido quitar los elementos de feria que hubo otros años como la noria, dando más espacio a marcas comerciales de motos, coches de época o excavadoras, que hacían las delicias de los amantes del motor. Otro aspecto ya comentado ha sido el menor número de WC y sobre todo en uno de los laterales del escenario principal. Importantes son las dos grandes carpas que encontramos en el recinto, con bancos de madera para hacer más cómoda y agradable la visita al festival y desde donde se podía ver con más o menos dificultad algunos de los escenarios pudiendo disfrutar de algunos conciertos mientras descansábamos. Siempre es simpático es innumerable número de asistentes que se llevan su silla para vivir el concierto con más comodidad, simplemente girando la silla en función del concierto. Siempre hay que alabar las cómodas praderas los primeros días, con algunos escenarios ubicados al final de una ladera, que permiten seguir el concierto incluso tumbado a los más cómodos, o a los que como el que suscribe, alguna siestecita ha caido en los momentos de más calor a la sombra de un buen árbol.
Los accesos en buses y taxis han sido organizados, con espacios para cada uno de estas formas de acceso, como todo en Suecia muy ordenado y regulado con importante información de precios y horarios.
Siempre destaco la variedad de la comida en el recinto y en los aledaños del festival, que hacen viable probar todo tipo de comidas, incluso nuestra famosa paella que fue uno de los puestos más concurridos por nuestros clientes. La bebida menos variada en los puestos oficiales, con solo dos tipos de cerveza y como viene siendo norma a una temperatura ambiente, no muy del gusto de los clientes españoles, que siempre buscan la cerveza fresquita.
Importante es la variedad en el merchandising del festival, con numerosos modelos y variados. Este año ha destacado las series de camisetas variadas con tiradas limitadas. Un aspecto que me ha gustado ha sido la guía del festival, gratuita, que es un detalle, aunque en sueco. Pero la guía impresa en un papel de calidad y un recuerdo muy bonito del Festival. Destaca también lo organizado que tienen el aspecto de firmas de las bandas, que en un lugar cercano al escenario principal tiene la suficiente capacidad para albergar un número importante de fans buscando la firma de sus ídolos, sin tener que molestar al resto de asistentes con largas y molestas colas de gente entre medias del recinto.
Pero si hay una cosa por la que siempre destaca el Sweden Rock Festival es por la calidad, variedad y originalidad de su cartel. Con una variedad de bandas importantes y donde siempre destacan nombres que por las circunstancias que sean son difíciles de vivir en directo en nuestros escenarios como Toto por poner un ejemplo rápido y fácil. Destacar algún grupo lógicamente es muy subjetivo, pero si me tengo que quedar con algún concierto sería la perfección de Def Leppard o la espontaneidad de Michael Monroe, que contrastan con lo trabajado que tienen los Judas Priest su show, con la siempre positiva polémica sobre el estado de voz de Rob Haldford. Siempre todos destacamos grupos por nuestras afinidades, pero si me gustaría destacar el concierto de los suecos H.E.A.T o de los polacos Behemoth, que nos dejaron con ganas de mucho más.
Pero, con todo ello, vivir de primera mano el Sweden Rock Festival 2015, con semejante oferta de bandas, escenarios, calidad de sonido, imágenes de las pantallas, organización, ofertas complementarias y recinto tiene un precio, que es el valor de las entradas, cercano a los 300€, es un verdadero privilegio y a pesar de su coste te vuelves a casa satisfecho por lo visto y vivido. No ha sido la edición más brillante que hemos vivido, pero si una de las más notables, por la calidad de bandas y por la satisfacción general por los servicios recibidos. Por lo tanto, si no pasa nada raro, en el Sweden Rock Festival 2016, Metaltrip estará presente, donde por cierto ya anunciaron las fechas de su celebración, del 8 al 11 de Junio de 2016.
Hemos publicado más fotos del Sweden Rock Festival 2015 en nuestra página del Facebook.
- Crónica y fotos: gema@metaltrip.com y javier@metaltrip.com
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