Nueva visita de The Poodles a nuestro país acompañado en esta ocasión por la rara avis David Reece, ex cantante de Accept y Bonfire entre otros.
No hubo mucha afluencia de público, quizá unas doscientas personas. Puede que el hecho de que los suecos presentaran un disco de versiones echara a más de uno para atrás. Quién sabe.
Mención especial al puesto de merchandising de The Poodles, los tíos cambiaron sus precios originales y pusieron sus camisetas a doce euros, veinte si te llevabas dos. Eso es incentivar las ventas. Por el contrario, tirón de orejas para David Reece, con precios mucho más desorbitados, así le pasó…
Tal como estaba previsto, a las ocho en punto, David Reece y su banda salieron a un escenario presidido por el logo de su próximo disco, que se editará el 09/11/18. En cualquier caso, la actuación de Reece se anunció como que tocaría en su totalidad el disco de Accept en el que formó parte de la banda, Eat the Heat, cosa que finalmente no se cumplió y nos tuvimos que conformar con seis de los diez temas que se incluyeron en su día en la versión estándar.
Empezó con una presentable D-Train que enlazó con una descafeinada Restless and wild, tema que lo cierto es que no venía a cuento, que si, que este hombre estuvo en Accept, pero yo soy de la opinión que debes dedicarte a tus temas… al menos es lo que pienso, otra cosa es que tengas tiempo de sobra, que en este caso no lo tenía. El caso es que empezó a conectar con el público, porque otra cosa no, pero Reece no dejó de interactuar con la gente en todo momento.
Eat the heat no es precisamente el álbum más glorioso de los alemanes, de hecho, podría decirse todo lo contrario, mas era una buena oportunidad para escuchar temas como Chain reaction y la más conocida Generation Clash con la voz original. Antes de esta, aprovechó Reece para presentar a su banda, incluido a él mismo y nos contó que la semana siguiente sale su disco en solitario. Ambos temas los defendió con nota, y además, combinándose con que el sonido estaba siendo bastante correcto.
X-T-C fue quizá la más conocida, con el guitarra Martin Andersen y el bajista Malte Frederik Burkert a los coros. Tras este primer bloque de temas de Accept, por fin se atrevió a tocar una de sus nuevas canciones, que según él, ha sido compuesta por su otro guitarra, Marco Angioni. El tema en cuestión fue Perfect apocalypse, heavy metal del más clásico estilo que evidentemente por desconocimiento general, dejó un poco fría a la gente.
La que si gustó y mucho, fue el medio tiempo Mistreated, dándole protagonismo a Martin Andersen, el mejor miembro de la banda junto con el propio Reece. Reece a estas alturas parecía un poco desubicado, pues preguntó varias veces cuánto tiempo le quedaba en el escenario. La sorpresa de la noche, fue Just one night, de la banda que formó cuando salió de Accept, Bangalore Choir, que se llevó también una buena ovación.
Tras su pequeño lapsus de tiempo siguió con una buena versión de London Leatherboys, tema que tampoco me cuadró… David Reece se estaba como agobiando por el tiempo que tenía, una hora, y creyendo que el tiempo se cumplía, presentó el que a la postre fue el último tema de la noche, un gran Hellhammer con el que se despidió tras 56 minutos de gran entrega por su parte, que aunque es cierto que su voz no es la caña, mantener la mantiene.
Setlist David Reece:
- D-train
- Restless and wild
- Chain reaction
- Generation Clash
- X-T-C
- Perfect apocalypse
- Mistreated
- Just one night
- London leatherboys
- Hellhamer
Por unas causas o por otras, nunca había visto a The Poodles en un concierto suyo. Quizá además, no fuera esta la mejor ocasión para hacerlo, pues el motivo de presentar un disco de versiones de intérpretes como Depeche Mode, Elton John o David Guetta, no sea lo más motivante del mundo, pero es lo que había.
Luces fuera, su logo en la pantalla de la sala, y con los cuatro músicos ya en el escenario, comenzaron con la primera de las versiones, Crazy horses, de The Osmonds, que con su toque personal encajó bien. Pero no se iban a quedar en versiones, y una gran Night of passion hizo las delicias de sus seguidores, la cual enlazaron con House of cards y Shut up! Hasta ahora no se podía negar que Jakob Samuel no fuera un ciclón en el escenario. Cómo se lo curra. Esta vez venía acompañado por su batería de siempre, Christian Lundqvist, pero con Rob Marcello (Danger Danger) a la guitarra y German Leth al bajo.
Tres años hacía que no venía la banda, y según iban cayendo los temas, a pesar de que no había mucho público, estos estaban entregadísimos, como demostraron en I rule the night y Flesh and blood. Go your own way, de Fleetwood Mac no necesitaba presentación y recibieron una gran ovación tras su interpretación.
Típico pique cuando habló de su anterior concierto en Barcelona, pero contrariamente a otros conciertos, en esta ocasión el público no se le prestó mucha atención, por lo que sin darle más vueltas, hizo la segunda parada en su celebradísimo Sweet trade con Line of fire, que gustó, pero aún lo hizo más Cuts like a knife. Tras esta, Jakob Samuel dejó el escenario para que fueran protagonistas sus músicos con la parte instrumental.
Aparecieron tres sillas para un pequeño parón en formato acústico que cortó un poco el rollo, pero en el que no se detuvieron mucho, pues hicieron un medley con Crying, Out out of ten y Leaving the pass to pass. Pandereta en mano para Samuel y un bajista que hacía de presentador hablando en español.
Pero allí la gente lo que quería era disfrutar, y lo hicieron con la archiconocida Goodbye yellow brick road de Elton John, cantando el público al final del tema, sin música alguna, el coro del mismo. Los primeros acordes de Caroline hicieron botar a todos los presentes, pese a que Marcello rompiera una de sus cuerdas. Entre Samuel y Lundqvist hicieron tiempo hasta que le cambiaron la cuerda, para luego seguir con la canción que Mats Leven les compuso para su Sweet trade, hablamos de Thunderball, una de las más heavys de la noche, en la que Samuel se sentó con una niña a cantar parte del tema, bajando también del escenario para confraternizar con la gente.
Con un poderoso inicio, llegó el momento de Crack in the Wall, que fue de las más celebradas. Uno de sus himnos es Metal will stand tall, de lo mejorcito de la noche, ante los “bravo bravo” de Samuel al ver la actitud del público, que no dejaba de hacer equilibrios con el pide de micro. Estaban cayendo los temas que todos estaban esperando, y aquello no podía ser menos que una fiesta.
Llegaban al final con Like no tomorrow y su afilada guitarra, pero no tardaron en volver al escenario con la última versión de la noche, Love is gone de David Guetta, que lo cierto es que pasó sin pena ni gloria. Podían haber escogido cualquiera de las otras versiones, qué le vamos a hacer. Pero aquello cambió, y cómo, con Seven Seas, con la que se despidieron definitivamente dejando un gran sabor de boca tras poco más de hora y media.
Mucha actitud de The Poodles, con un Jakob Samuel que es un torbellino en escena. Si no les has visto, aprovecha la próxima vez que vengan, pues no defraudan para nada.
Setlist The Poodles:
- Crazy horses
- Night of passion
- House of cards
- Shut up!
- I rule the night
- Flesh and blood
- Go your own way
- Line of fire
- Cuts like a knife
- Medley acústico (Crying / One out of ten / Leaving the pass to pass
- Goodbye yellow brick road
- Caroline
- Thunderball
- Crack in the Wall
- Metal Will stand tall
- Echoes from the past
- Like no tomorrow
Bises:
- Love is gone
- Seven seas
Crónica y fotos: Fernando Leal Vielsa
Sin comentarios