Siempre que nos acercamos a un nuevo festival, lo tomamos con una inquietud especial. Ese era el caso de la edición del 2014 del Vagos Open Air, un pequeño festival que se celebra en una pequeña localidad portuguesa, con el mismo nombre, que desde que llegamos nos recibió con los brazos abiertos y con una enorme cordialidad de su gente.
Siempre consideramos importante que la gente de la ciudad o pueblo donde se celebra el festival se involucre con el y eso si lo sentimos en el Vagos Open Air, donde todos los sitios que visitamos se esforzaron por hacernos sentir cómodos y contentos con el festival. Un pueblo pequeño, a tan solo nos kilómetros de un área de playa, por si se quiere aprovechar para darse un bañito y donde incluso la organización pone a nuestra disposición un bus para poder viajar de una forma más cómoda.
Un Vagos Open Air que es un festival pequeño, estimo que para unas 4.000-5.000 personas, que se celebrar en la vega de un rio en una especie de parque de la localidad, con un espacio de césped, rectangular que nos hizo vivir los conciertos de una forma cómoda y agradable. Unos accesos cómodos y muy claros, que te llevaban desde la puerta principal al camping y de ahí al recinto del festival, de una forma fácil y sin grandes distancias. Importante presencia de un público español, sobre todo de Galicia, que aprovechó la cercanía para poder vivir de primera mano el festival portugues.
El recinto tenía un solo escenario, lo suficientemente visible y con la altura suficiente para poder ver correctamente a las bandas. Un equipo de sonido aceptable, con una calidad suficiente para el tamaño de festival. A ambos laterales del escenario dos pantallas para seguir las evoluciones de los conciertos principales, que eran los únicos que se pudieron vivir desde las pantallas. Unas luces un tanto sobrias, pero aceptables para el tamaño de festival.
La organización a nivel de conciertos ha sido exquisita, donde los horarios se han cumplido en su mayoría. Si, los cambios en las bandas internacionales eran más largos, pero eso hacía que el festival fuera algo más relajado.
El camping con dos partes muy diferenciadas, una arboleda muy frondosa y que te garantizaba las sombras (importante por el fuerte calor), pero que al estar al lado de la vega del rio imagino que los mosquitos y las ramas han hecho más incómoda la estancia. No hemos escuchado muchas quejas. La otra zona era un parque anexo al área del festival, con sus calles delimitadas y donde se ha podido acampar en el propio césped, haciendo la acampada cómoda y con un rápido acceso al área del festival. Lo malo, la escasez de sombras. Como siempre el tema de discusión está en la cantidad de WCs y su limpieza, siempre corta, pero donde el civismo de los asistentes tiene un factor de importancia. Había una zona de duchas de pago, junto al cementerio que no llegamos a conocer, ya que la mayoría de los días nos duchamos en unas duchas acondicionadas en el camping del parque, con agua natural y que por el calor reinante, fueron más que gratificantes y saludables.
Dentro del recinto, encontrábamos lo típico en puestos de comida y bebida, donde la nota más característica eran los precios más que asequibles para nuestros bolsillos donde una cerveza, sidra o sangría de 33cl tenía un precio de 1,50€ y cualquier bocadillo, hamburguesa no superaba los 3,50€, lo cual agradeció nuestra economía. Además, dentro del recinto de conciertos había unas pequeñas zonas habilitadas con mesas y sillas, donde los más cómodos podían descansar y hacer más agradable su estancia.
Había puestos de merchandising oficial, con precios más que razonables de camisetas, sudaderas y con las camisetas de grupos mas baratas que en otros festivales.
La reacción del público en el Vagos Open Air ha sido muy calurosa con las bandas y sobre todo con la representación hispana, Angelus Apatrida y Vita Imana, que fueron de las que más pasiones despertaron entre el público portugués. El ambiente de fiesta ha sido continuo y ha sido un público muy agradecido con las bandas, que rápidamente han participado de las propuestas de sus músicos favoritos.
Destacar también el stand de firmas, que para las bandas que han querido prestar su tiempo a sus fans ha servido para que muchos de ellos hicieran largas colas para conseguir el autógrafo de sus ídolos.
En definitiva, un festival pequeño, muy bien organizado, donde se cuidan los detalles, acogedor y cómodo para poder pasar tres días viviendo la música que más nos gusta, recomendable.
Hemos publicado más fotos del Vagos Open Air 2014 en nuestra página de Facebook.
- Crónica: gema@metaltrip.com
- Crónica y fotos: javier@metaltrip.com y miry@metaltrip.com
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