Un clásico de nuestro verano es la visita al singular pueblo de Dinkelsbühl, o mejor dicho su aeropuerto a las afueras, para vivir de primera mano el Summer Breeze 2016.
Echando números, era nuestra décima visita al Summer Breeze, un festival que hemos visto crecer hasta llegar a convertirse en uno de los más grandes festivales de Heavy Metal de Alemania y porque no decirlo de Europa.
Es innegable que el Summer Breeze sigue creciendo año tras año, pero no solo en extensión, sino en detalles que lo hacen cada año más cómodo y accesible. Si bien el precio de las entradas también crece, los 110€ que se pagan al final por un abono están muy por debajo de la media de la mayoría de los festivales del género en Europa. Además, la entrada del Summer Breeze es para enmarcar, cada año con un diseño diferente, troquelada como la figura que cada año presta su imagen al festival.
Siempre el Summer Breeze destaca por su fabuloso ambiente, quizá algo más frio este año durante los conciertos donde los surfeos y los pogos han sido menos numerosos, pero las barreras de seguridad y las inclemencias del tiempo en algunos momentos han hecho que el ambiente durante las actuaciones no haya sido tan vibrante como otros años. Pero un factor muy importante en el Summer Breeze es el camping, siempre divertido por las ocurrencias de los asistentes. Es muy recomendable pasear por el camping y poder disfrutar de sus juegos. Nos hemos encontrado de todo en el camping, pero siempre de buen rollo y con ganas de fiesta.
Si hemos podido disfrutar otros festivales en Alemania en estas fechas, se nota que el público del Summer Breeze ha ido cambiando y ahora es el público más joven el que predomina, siendo los veteranos de la vieja escuela menos numerosos que en otros festivales. Esto es quizá debido a tener más grupos jóvenes en su cartel y con mayor variedad.
Los accesos al Summer Breeze han sido fluidos. Llegamos el martes al festival para poder disfrutar de las fiesta de bienvenida y nos encontramos con la sorpresa que estaba casi lleno el camping ese día, con un fiestón generalizado, con mucha gente con ganas de disfrutar del festival. En el Summer Breeze hay dos accesos principales, uno para la gente que va con su coche y otros para los que llegan en buses, trenes o viajes organizados. En ambos accesos, este año se han seguido especiales medidas de seguridad y los registros han sido más exhaustivos que en otras ediciones. El camping siempre dividido en parcelas, nombradas por las letras del abecedario no hace más que crecer, pero siempre sobre enorme praderas de verde, donde es mucho más cómodo aparcar, incluso con tú vehículo. Dentro del camping han surgido más áreas de restauración y de supermercado que te permiten tener comida y bebida prácticamente las 24 horas del día.
Se ha producido un cambio de ubicación de las áreas de duchas y servicios de pago, que han crecido en tamaño y pocas veces hemos superados los treinta minutos para ducharnos con agua caliente. Por 12€ podías adquirir una pulsera que daba acceso ilimitado a las duchas y servicios de pago.
El Recinto de conciertos apenas ha tenido modificaciones. En la línea de los grandes festivales, buscando hacer el recinto cada vez más diáfano, con menos obstáculos más que los necesarios. Las áreas de servicios se concentran a ambos lados de los escenarios principales, pero algo alejados de la carpa T-Stage, lo que hace que surjan improvisados muros donde la gente hace pis, con la consiguiente molestia para el resto. Dentro del recinto están bien diferenciados los escenarios principales, el Main Stage y Pain Stage, áreas comerciales, el área VIP, la carpa del T Stage y a su lado el Camel Stage que cada año va incrementando su importancia y su tamaño, donde la programación de conciertos es importante durante todo el día. Como novedad, este año ha surgido una carpa frente a los accesos al recinto la Campsite Circus dedicada a actuaciones más alternativas, concursos y la discoteca nocturna.
No todo es positivo en el Summer Breeze, sigo echando en falta que la visión del Pain Stage se mejore, ya que desde no todos los sitios del recinto se puede tener una perfecta visión. Quizá se podría subir la altura del escenario o instalar más pantallas para seguir las evoluciones del concierto allí. El Main Stage por el contrario es uno de los escenarios con mejor visión del circuito por su altura y por su emplazamiento.
Este año el sonido ha sido correcto, con pequeños fallos técnicos en algunos conciertos, pero nada destacable. En el recinto podemos encontrar dos pantallas, una pantalla entre el Main Stage y el Pain Stage donde puedes seguir las evoluciones de los conciertos en estos escenarios y otra pantalla a la entrada de la carpa el T Stage, donde puedes seguir los conciertos que allí se celebran. Como es lógico en ambas pantallas podíamos seguir los anuncios entre conciertos.
Los precios de la comida y bebida son en la línea de otros festivales como Wacken y Graspop, más altos de lo normal, pero nada abusivos. En los puestos de comida hemos podido encontrar variedad de cocinas con una presencia creciente de los puestos de comida y bebida vegana y vegetariana. Abundan los puestos con envases desechables, favoreciendo así también el medio ambiente. Como en muchos festivales funciona el sistema de cobro por los vasos, que al pedir la primera vez te lo cobran y una vez lo devuelves te lo reintegran, lo que facilita la limpieza del festival y son raros los envases que ves en el suelo.
El Merch oficial un año más ha sido un éxito. Con al menos diez diseños diferentes de camisetas a 20€, en su inmensa mayoría han acabado agotadas al segundo día del festival. Así que no dejes para el último día la compra de la camiseta oficial. Además, podíamos encontrar productos tematizados del Summer Breze, desde el típico lanyard a una toalla. Lo que si me ha parecido que había menos cantidad y más caras eran las camisetas de los grupos, que he visto que había menos y en su precio medio no bajaba de 25€, en una muestra más que son los fans los que mantienen el Metal.
Una cosa que nos ha gustado y hemos podido disfrutar en primera persona, ha sido trato a la prensa, en el área VIP, con una carpa donde podíamos descansar, enchufar cualquier aparato electrónico como las baterías de las cámaras o los móviles, teníamos a nuestra disposición café y agua hasta las 10 de la noche que cerraba todos los días. Un detalle sin duda, para la gente que está allí trabajando.
Estamos ahora trabajando en el análisis de los grupos. Ha habido de todo y opiniones para todos los gustos. En breve podrás leer nuestra opinión sobre los conciertos que vimos. En el cartel faltaba una gran figura que atraiga más gente, pero en líneas generales el cartel ha estado compensado, con grupos de muchas de las corrientes del Rock y del Metal, que ha podido satisfacer a todos los oídos.
En resumen, el Summer Breeze 2016 es un festival que ha seguido su lenta pero constante evolución, con un crecimiento lento pero positivo. Un festival con un precio razonable y que ofrece cosas a los fans, sobre todo comodidad y variedad, que es lo mínimo que debe ofrecer cualquier festival. Para su edición de 2017 llega su veinte aniversario y como prometen habrá sorpresas y un cartel a la altura de las circunstancias. Esperemos que así sea y que Metaltrip esté presente para vivirlo en primera persona de nuevo.
Hemos publicado fotos del Summer Breeze 2016 en nuestra página del Facebook.
- Crónica y fotos: gema@metaltrip.com, javier@metaltrip.com y olga@metaltrip.com
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